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Comienza la repoblación de la flora dañada por el incendio del verano en el Parque Nacional del Teide

El Cabildo de Tenerife ha comenzado la repoblación de especies endémicas y autóctonas en las zonas del Parque Nacional del Teide afectadas por el incendio forestal de agosto de 2023, y a través de la actividad generada por el vivero del Jardín Botánico de El Portillo.

La institución insular informa de que de este modo se ha acelerado la producción de plantas para poder intervenir también en la zona afectada por el fuego, y entre las principales variedades de flora se encuentra el codeso, el cedro canario, la jarilla de cumbre, la violeta del Teide y la retama.

Tras un crecimiento de parte de esta flora en invernaderos, se han realizado vallados en algunas zonas del Parque Nacional del Teide para garantizar y recuperar las especies lo más rápidamente posible y evitar la acción de los herbívoros que cohabitan en el parque, como los conejos y los muflones.

Una vez que cojan porte las plantas, los vallados se retirarán porque ya podrán soportar la acción de los herbívoros, explica el Cabildo.

A su vez, la zona del vivero del Jardín Botánico está siendo sometida a una ampliación, en colaboración con la Fundación Cepsa, lo que permitirá ganar 200 metros cuadrados de superficie para duplicar la producción de plantas y alcanzar las cifras previstas hasta 2026.

El espacio cuenta con una superficie de más de 40.000 metros cuadrados, y en él se desarrolla todo el ciclo de la planta: la selección de semillas, crecimiento en invernaderos y en zonas de acondicionamiento climático, la plantación controlada y protegida y la definitiva cuando adquiera porte necesario para su supervivencia.

Asimismo, resalta el Cabildo, los viveros de plantas endémicas como el de El Portillo son fundamentales para la repoblación de espacios porque ayudan a preservar la biodiversidad local y a restaurar ecosistemas específicos.

Explica la institución que al producir y plantar variedades endémicas, se fortalecen las poblaciones naturales, se protegen especies en peligro de extinción y se promueve la restauración de hábitats degradados, lo que contribuye significativamente a la conservación del medio ambiente y al equilibrio ecológico.