Agentes de Medio Ambiente de las distintas administraciones han investigado en Canarias la muerte de 208 aves por la afección de tendidos eléctricos, ya sea por colisión o por electrocución. Los registros comenzaron a realizarse a mediados de 2016, con la puesta en marcha, por parte de la Fiscalía de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo, de la Red de seguimiento de la mortandad de la avifauna en tendidos eléctricos.
Con la finalización de este estudio en 2019 se ha entregado un informe del que se desprenden estos datos tan “preocupantes”, según lo ha calificado Fiscalía.
De las 208 incidencias, y a falta de los resultados de las necropsias, se sospecha que 123 casos se corresponden a electrocuciones, 78 casos a colisiones y 7 casos sin determinar. El informe destaca que los cuervos mueren debido a las electrocuciones, mientras que las hubaras lo hacen principalmente por colisión.
Además, se destaca que se han registrado incidencias en todas las islas, siendo su distribución la siguiente: El Hierro, 1; La Palma, 2; La Gomera, 17; Tenerife, 65; Gran Canaria, 37; Fuerteventura, 22; y Lanzarote, 64. Según ha indicado la Fiscalía en una nota de prensa, estos datos son preocupantes, sobre todo si se tiene en cuenta que, de las 208 aves afectadas, 173 (es decir, el 83%) están catalogadas como amenazadas o tienen algún tipo de protección.
La especie peor parada es el cuervo, que acumula un total de 56 bajas, siendo una especie catalogada como en peligro de extinción. Garzas y aguilillas están en el segundo escalón, con 29 y 26 bajas respectivamente. Destaca también la muerte de 19 hubaras y de 4 guirres, ambas especies también en peligro de extinción. Pardelas, cernícalos y palomas son otras especies afectadas.
La Fiscalía destaca que para valorar la magnitud de este problema hay que tener en cuenta que según estudios de SEO-Bird Life realizados en Lanzarote y Fuerteventura, por cada 100 aves encontradas se estima que la cifra de incidencias asciende aproximadamente a 3.000 aves. Así, en Canarias, en los tres años y medio de estudio, podríamos haber perdido unas 6.000 aves por estas afecciones.
Identificación del tendido eléctrico dañino
El objetivo prioritario, según ha explicado la Fiscalía, es el de identificar las instalaciones que están causando daños a la avifauna, así como aquellas otras que suponen un riesgo potencial, y poder llevar a cabo la adopción de las medidas preventivas oportunas.
La Red de seguimiento de mortandad de avifauna protegida en tendidos eléctricos, formada por Agentes de Medio Ambiente y bajo la coordinación de la Fiscalía, seguirá trabajando y recabando todos los datos posibles, al mismo tiempo que velando por la legalidad y solicitando a los responsables de las instalaciones la corrección de puntos problemáticos y/o donde se han registrado incidentes.
Desde la Red se ha agradecido la colaboración ciudadana a la hora de advertir de estos incidentes, participación que ha sido fundamental para muchos de los hallazgos.