Cuatro nuevas especies de babosas marinas han sido halladas en hábitats hasta ahora poco muestreados: los pompones de algas que agitan las mareas en charcos de Canarias y en las inmensas playas de Cabo Verde. Tres de ellas homenajearán en su denominación al baloncestista caboverdiano Edy Tavares, al autor de la Historia del pueblo guanche“ y a Televisión Española.
La cuarta corresponde además a un nuevo género para Cabo Verde, donde fue colectada en el litoral rocoso somero de las islas de Sal y Boavista, y ha sido denominada “Janssonius voluntarius”, en honor al primer cartógrafo conocido y al voluntariado como reconocimiento al éxito de su intervención en la recuperación de las tortugas marinas de dicho archipiélago.
Los autores del descubrimiento son Jesús Ortea, de la Universidad de Oviedo, y Leopoldo Moro, del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias, quienes explican en una entrevista a EFE que también en Cabo Verde se han descrito las especies “Stiliger tve” y “Mirpurina edytavares”, mientras que “Mourgona bethencourti” ha sido hallada en charcos de Gran Canaria y Tenerife.
Los hallazgos han sido publicados en la revista de biodiversidad tropical “Avicennia” y Leopoldo Moro subraya que “Mourgona bethencourti”, hallada en el intermareal rocoso con algas verdes de San Miguel de Abona (Tenerife) y la Punta de Pasito Blanco (Gran Canaria), es una especie singular colectada en sólo dos ocasiones a lo largo de 40 años de muestreos, lo que inicialmente llevó a confundirla con otra babosa marina.
Se trata de “una babosa herbívora increíble, un comedor de pompones verdes con una arquitectura corporal diseñada para no ser vista” y las papilas del cuerpo “parecen abanicos rellenos por la glándula digestiva, pueden ser regenerados cuando los autonomiza y es posible que tengan el don de la cleptoplastia para hacer la fotosíntesis cuando su hábitat se les vuelva hostil”.
A partir de ahora llevará la denominación “Mourgona bethencourti” en honor a Juan Bethencourt Alfonso, autor de la Historia del pueblo guanche.
Sin embargo, advierten los biólogos de que la colecta en el medio marino de forma regular y continua a lo largo del tiempo, que es el camino crítico para el hallazgo de nuevas especies, a la larga y con el muestreo reiterado en los mismos hábitats y por los mismos autores provoca que “el inventario se aproxime a su punto final y cada vez se invierte el mismo esfuerzo para obtener menores resultados”.
“En Costa Rica, para corregir el declive, incorporamos al equipo de inventario la figura del parataxónomo, personas del medio rural sin ningún tipo de formación académica a las que se instruyó para la colecta con las herramientas y con sus fines, qué tenían que colectar y cómo hacerlo para garantizar la muestra” y los resultados “fueron extraordinarios”, precisa Jesús Ortea.
En el caso de Canarias y Cabo Verde se incorporó a la estrategia de colecta a una profesora de escuela infantil “que ha generado los mismos resultados. Ha muestreado donde nadie lo hacía, por el simple hecho de hacerlo y sin ningún descarte”.
Su premio ha sido localizar nuevas especies en hábitats nunca muestreados por el prejuicio previo de suponer que no podían proporcionar resultados: los pompones de algas de las rompientes en la bajamar, siempre movidos y agitados por el oscilar del oleaje se manifestaron como un hábitat con resultados impensables.
El primero de ellos en la isla de Boavista, con pompones localizados a vuelo de dron en la inmensidad de la playa de Erbatao, y que contenían “una nueva especie tan pequeña como original” a la que se decidió bautizar como Stiliger tve por coincidir su hallazgo con el 50 aniversario de la primera emisión en color de TVE.
En esa misma isla, en los pompones de la orilla de las playas interminables de Sal Rei, “nos saludó una nueva babosa, un nuevo género para la ciencia, con unos colores en el cuerpo que hacían inexplicable el retraso del hallazgo”, la citada Janssonius voluntarius.
El hábitat de los pompones tiene otra gran ventaja: es de fácil acceso a cualquier edad y permite disfrutar del placer de la colecta “con el único riesgo de resbalar en los charcones, pero con la ventaja de promover una vejez activa”, señala Jesús Ortea.
Y si el hábitat de los pompones “nos proporcionó resultados sorprendentes, no lo fue menos el de los charcos de marea del supralitoral de Cabo Verde, donde la temperatura del agua puede superar los treinta grados en el momento más duro del día, donde el oxígeno en el agua escasea y solo sobreviven los más adaptados”.
“Es en ese hábitat, al que nunca has ido a colectar por una supuesta pobreza de especies, donde la Naturaleza te regala una especie única de gran belleza, un extraño sueño y de inmediato piensas en dedicársela a un caboverdiano ejemplar, admirado en su país en todos los estratos de edad, el baloncestista Edy Tavares”, exclama Leopoldo Moro.
Estos resultados forman parte del proyecto “Seguimiento, control y mitigación de proliferaciones de organismos marinos asociadas a perturbaciones humanas y cambio climático en la región macaronésica (MIMAR+)”, cofinanciado por Feder a través del Programa INTERREG V-A MAC 2014-2020, con el apoyo de la compañía Binter.