El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) estima que la probabilidad que un terremoto localizado en la zona del volcán de Enmedio, entre Tenerife y Gran Canaria, alcance una magnitud suficiente para causar daños a la población es “muy baja”.
A raíz de la serie sísmica registrada en esa zona entre las 20:41 horas del 7 de septiembre y las 21:07 horas del 12 de septiembre, con 39 terremotos localizados, Involcan ha publicado una nota en la que señala que aunque esta actividad “no es usual en esta área, tampoco puede considerarse anormal”.
Hace hincapié en que la del volcán de Enmedio es una de las zonas más activas sísmicamente de Canarias, donde de promedio se registra una decena de terremotos de baja magnitud cada semana.
También subraya que la mayoría de los terremotos que se localizan entre Tenerife y Gran Canaria son de origen tectónico y recuerda que el archipiélago canario, además de su conocida actividad volcánica, también se caracteriza por una moderada actividad tectónica.
Con lo cual se registran terremotos a lo largo de algunas fallas sísmicas activas como las que se encuentran entre Tenerife y Gran Canaria.
Sin embargo, muchos de los hipocentros de los sismos de esta semana se localizaron cerca del volcán de Enmedio, por lo que “para aclarar la correcta naturaleza de estos eventos serán necesarios estudios más detallados”.
A la pregunta de si hay razones para preocuparse, Involcan esgrime que la sismicidad que se localiza entre Tenerife y Gran Canaria ocasionalmente puede alcanzar magnitudes suficientemente altas para ser sentida por los habitantes de las dos islas.
Recuerda el terremoto del 18 de enero de 2019, que tuvo una magnitud de 4,4, y el del 19 de mayo de 1989, que alcanzó una magnitud de 5,2.
“Dicho eso, la probabilidad que un terremoto localizado en esta zona alcance una magnitud suficiente para causar daños es muy baja”, matiza.
Involcan también aclara que la actividad sísmica entre Tenerife y Gran Canaria no tiene relación directa con la actividad volcánica de Tenerife.
Sobre esta actividad volcánica, recuerda el instituto que desde noviembre de 2016 se viene observando “un incremento relevante” en la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) en el cráter del Teide y un ligero incremento de la microsismicidad en la isla.
Eso refleja un proceso de presurización del sistema volcánico-hidrotermal de Tenerife, probablemente vinculado a la inyección de gases de origen magmático en dicho sistema, apunta Involcan.
En todo caso, la ausencia de deformaciones significativas del terreno hace “poco probable” la implicación directa de un sistema magmático superficial.