Masificación turística, uso del suelo y sobrepesca: las prácticas humanas que acentúan la crisis climática en Canarias

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha señalado el uso y la planificación del suelo, las prácticas de turismo “insostenible” y la sobrepesca como “factores no-climáticos” que acentúan el impacto del calentamiento global en las regiones de la Macaronesia, entre ellas, Canarias.

En un informe difundido hace unos días, la AEMA ha publicado por primera vez los resultados de la Evaluación Europea del Riesgo Climático (EUCRA, en sus siglas en inglés), que advierten de la llegada de fenómenos meteorológicos extremos al Archipiélago, estos son, olas de calor y tormentas tropicales, entre otros, pero también describen distintas actividades humanas que agravan las consecuencias de la crisis climática.

La Agencia ha identificado las megaconstrucciones en zonas costeras, proliferación constante de carreteras, masificación turística y pesca “insostenible” como algunos ejemplos de actuaciones que “impulsan” las repercusiones del cambio climático en la Macaronesia y, por ende, en las Islas.

Entre esos efectos detallados por la AEMA está el aumento de las olas de calor de moderadas a extremas, lo que provoca la tropicalización de la zona y la llegada de especies de algas, peces y cangrejos que normalmente viven en aguas más cálidas. Algo así supone un “claro riesgo” para la biodiversidad. También destacan los incendios forestales, tormentas tropicales e inundaciones que indudablemente han azotado a la Comunidad Autónoma en los últimos años.

Asimismo, el análisis de la EUCRA menciona que la urbanización y el desarrollo turístico “extensivos” han destruido hábitats, degradado la calidad del agua y provocado la desaparición de las costas, “poniendo en peligro a la flora terrestre y marina única de la región”.

Pero esos son solo los impactos “actuales”. Los que vendrán en el corto y medio plazo también son mencionados por la Agencia. Entre ellos se precisa que el aumento de las olas de calor marinas reducirá la productividad de las especies de flora y “es probable que se produzca una contracción en la distribución de las especies de briofritas (musgos, por ejemplo), plantas vasculares y artrópodos”.

También, continúa la evaluación, aumentará el número de eventos de calor extremo acompañados de alta humedad, se producirá una transición hacia condiciones más secas, con menos precipitaciones y más períodos áridos (eso “intensificará” los incendios forestales), el nivel del mar seguirá subiendo, “lo que probablemente provocará más inundaciones costeras y un retroceso progresivo de la línea de costa”.

La AEMA avisa que estos fenómenos “tendrán un impacto directo y profundo” en la economía. “La región puede perder su atractivo turístico si su biodiversidad disminuye debido al estrés térmico, si la humedad supera de forma persistente los niveles soportables o si las zonas de playa de arena son extremadamente limitadas o inexistentes”, reza el texto. La subida del nivel del mar y el aumento de las inundaciones costeras, además, pueden afectar “significativamente” al sector del transporte marítimo.

La Agencia recuerda que las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea (UE), como Canarias, presentan características climáticas y socioeconómicas diferentes a las de la Europa continental. De ahí la importancia de evaluar los factores del calentamiento global y los impactos del mismo en estas demarcaciones.

En general, resume la AEMA, los sistemas humanos y ecológicos de las regiones ultraperiféricas de la UE son “vulnerables al cambio climático” debido al aumento de las temperaturas atmosféricas y marinas, la acidificación de los océanos, la subida del nivel del mar y la mayor exposición a los huracanes. Pero, las “vulnerabilidades socioeconómicas” citadas por el análisis, como la pobreza o la dependencia del turismo, así como el uso del suelo, es decir, dónde se encuentran los asentamientos humanos o los cultivos, “magnifican los riesgos”.