Conservar los hábitats. Este es uno de los principales objetivos de declarar en El Hierro el primer parque nacional totalmente marino de España. Promover la conservación de las poblaciones residentes como el zifio o la tortuga boba o apoyar la investigación científica son otros de los propósitos del proyecto, apoyado el pasado 30 de julio por el Consejo de Ministros. El Ministerio de Transición Ecológica ya ha publicado los detalles de la propuesta, que estará en fase de exposición pública durante cuatro meses desde el pasado 8 de agosto. Mientras tanto, el Gobierno ha planteado una serie de medidas preventivas para proteger la zona.
La superficie que el Estado pretende proteger alcanza las 24.822,07 hectáreas. La mayor parte de este espacio está en el Mar de Las Calmas, donde se alcanza una profundidad de 2.300 metros. Son muchos los valores naturales identificados en este enclave de Canarias. Entre ellos, el volcán submarino Tagoro, resultado de la erupción de 2011, es uno de los valores naturales que se destaca en el proyecto, por las oportunidades que, según el texto, ha ofrecido a la investigación científica española y del resto del planeta.
En el fondo marino de El Hierro, las investigaciones científicas también han identificado grandes montañas, túneles, cañones submarinos y cuevas, hábitat de interés comunitario. “Las cuevas son uno de los hábitats marinos de mayor biodiversidad, ya que pueden albergar organismos singulares adaptados a la baja luminosidad que caracteriza su interior”, reza el proyecto. Varios tipos de esponjas y crustáceos son algunas de las especies que han podido verse en estos rincones secretos de la isla. La protección de la que ya gozan estas cuevas, que se encuentran dentro de la zona de reserva integral de La Reserva Marina, hacen que sigan en un “excelente” estado de conservación.
En cuanto a las especies animales que habitan y transitan por El Hierro destacan los angelotes, el delfín mular, el moteado, varios tipos de calderones y de zifios. Esta pequeña isla canaria es uno de los tres puntos del mundo, junto a Bahamas y Hawai, donde los zifios de Blainville y de Cuvier pueden observarse durante todo el año.
El Mar de Las Calmas es también un punto clave para las aves. Gran parte del área del Parque Nacional y de su zona periférica está catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves, por la presencia de especies como la pardela cenicienta, el petrel de Bulwer o el charrán común. Todas estas aves son especies silvestres en régimen de protección especial. Además, la pardela chica tiene la categoría de vulnerable y el fumarel común está en peligro de extinción.
Transición Ecológica subraya que la declaración de Parque Nacional no se plantea solo por la riqueza de especies, sino también por el estado de conservación de la zona. “Las aguas junto a la isla de El Hierro albergan uno de los ecosistemas marinos mejor conservados de la demarcación marina canaria, con aguas limpias tanto de la contaminación química como acústica”, valora el proyecto. Además, la isla ofrece indicadores de gran valor para evaluar el calentamiento global y otros procesos vinculados al cambio climático.
En esta línea, la propuesta valora la acción de la población herreña y de los pescadores. “La pesca controlada y sostenible que se realiza desde hace tiempo permite la continuidad de los procesos ecológicos naturales”, añade.
Protección preventiva
El pasado 30 de julio, el Consejo de Ministros no solo aprobó la propuesta para la declaración del Parque Nacional, sino que también apoyó instaurar en el Mar de Las Calmas un régimen de protección preventiva. Durante los próximos meses, las administraciones no podrán otorgar ninguna licencia para modificar este enclave del sur de la isla sin un informe favorable de los órganos ambientales competentes.
Como medida de prevención, están prohibidos los vertidos de desechos en el medio marino, el uso de sistemas de investigación geológica subterránea, la exploración y extracción de minerales, así como el almacenamiento subterráneo de hidrocarburos o material radioactivo. Tampoco podrán instalarse en el Mar de Las Calmas infraestructuras destinadas a la producción de energía ni establecimientos de acuicultura. Además, está prohibida la apertura de líneas de fast ferries que atraviesen las aguas del futuro Parque Nacional y de su zona periférica de protección.
Entre las restricciones aprobadas, que están ya publicadas en el Boletín Oficial del Estado, figura la alimentación de especies protegidas para atraerlas o modificar su comportamiento natural. Tampoco se puede tocar o acosar a las tortugas marinas, cetáceos o elasmobranquios protegidos. En caso de captura accidental de alguna de estas especies protegidas, deben devolverse al mar de inmediato y con las precauciones necesarias para minimizar los daños.
Las medidas adoptadas hacen especial hincapié en los buques extranjeros y nacionales que pasen por la zona, que deben cumplir “las disposiciones españolas destinadas a impedir la afección negativa que pudiera provocar su actividad”. En el caso de que se produzca un derrame de alguna sustancia peligrosa, los barcos tienen que notificarlo a las autoridades de manera urgente.