¿Cómo de severo está siendo el calor en Canarias? Siete gráficos para entenderlo
El calor extremo que está soportando Canarias este verano no solo se manifiesta en forma de noches tórridas, aire seco y temperaturas sofocantes. Las estadísticas de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) demuestran que la severidad del clima está siendo mayor que nunca, con al menos 30 estaciones meteorológicas del Archipiélago batiendo récords de máximas este 2023 y con las cifras, en general, revelando que el bochorno experimentado en las Islas en los últimos meses es superior a lo visto hasta ahora.
Este año, que aún no ha terminado, ya ha roto el récord de temperatura más alta en 30 estaciones meteorológicas de la Comunidad Autónoma. En El Pinar de El Hierro, el termómetro marcó hace poco los 46,2 grados; en San Bartolomé de Tirajana alcanzó los 45,2; y en Agüimes llegó a los 44,2. Es el curso con más efemérides, por delante incluso de periodos que abarcan varios lustros y décadas. Y todo hace indicar que las marcas mencionadas volverán a superarse antes de lo esperado.
“Esos valores máximos (…) nos sitúan en los escenarios futuros que se esperan [por el calentamiento global], pero ya en el presente, lo que nos debe alertar de la urgencia de adaptar nuestras ciudades a olas de calor como la sufrida estos días”, explica Abel López, geógrafo de la Cátedra de Riesgos de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna (ULL).
Los datos continúan siendo reveladores en este sentido. Cinco de las diez temperaturas máximas en la historia de Canarias fueron registradas este 2023, dos en el municipio de El Pinar de El Hierro (estación de Tacorón) y tres en La Aldea de San Nicolás (Tasarte), caracterizadas por una orografía que hace que “las masas cálidas se queden estancadas durante más días sin refrescarse”, señala Víctor Quintero, delegado territorial de la Aemet en el Archipiélago.
La mayoría de los registros máximos se corresponden a la ola de calor de principios de agosto. Pero con las temperaturas sin apenas dar un respiro durante el verano, cada vez parece más difícil diferenciar una ola de otra.
“Sin un factor como el calentamiento global es difícil pensar que se hubiese dado una ola de calor de estas dimensiones e intensidad. Además, corrobora lo que apuntan muchos estudios para el ámbito canario, que es un aumento en su frecuencia e intensidad. Esas anomalías responden al calentamiento planetario”, continúa López. Según un estudio, entre 1976 y 1995 hubo 13 olas de calor en las Islas, mientras que entre 1996 y 2015 ascendió a 24. Tan solo en este último episodio ha habido 40 récords en las estaciones meteorológicas de Canarias, 21 de temperaturas máximas mínimas y 19 de máximas.
El aumento en las provincias canarias es menor que en otras regiones de interior o sur peninsular. Y aunque es cierto que el océano actúa como “termorregulador” y eso “debería suavizar las temperaturas de islas pequeñas”, matiza Judit Carillo, investigadora del Grupo de Observación de la Tierra y la Atmósfera (GOTA) de la ULL, “también hay que tener en cuenta que la temperatura del océano se está incrementando por el cambio climático”.
“La probabilidad de eventos de temperaturas extremas aumenta a medida que se incrementa la temperatura global del planeta. Actualmente, las temperaturas globales promedio se han incrementado 1,2 grados Celsius respecto a antes de la revolución industrial. Y los científicos han alertado de que no debería superarse 1,5 grados”, continúa Carrillo.
El Grupo GOTA ha estudiado cuánto podrían incrementarse las temperaturas máximas en Canarias en caso de no reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Las investigaciones precisan subidas de cuatro grados por encima de lo habitual, lo que acercaría a la Comunidad Autónoma a registrar la friolera de 50 grados centígrados. “Hay que tener en cuenta que la humedad del aire aumenta con la temperatura, por lo que la sensación térmica [también] lo hace”, remacha la experta.
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