MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Lo asegura el director en una entrevista con Vanity Fair y no tiene nada que ver con los dos últimos días que ha pasado después de anunciar su dimisión como presidente de la Academia de Cine. Pero así resume su experiencia como cineasta a la hora de afrontar las críticas: “Duelen como cuchillos bañados en ácido, por eso cuando estreno finjo cojera, para que se apiaden de mi. ”Uno aprende a ser perro apaleado“, añade, sobre los fracasos.
En realidad en esta entrevista se cuentan detalles sobre su próximo proyecto, 'La Chispa de la Vida', que comenzará a rodar en febrero con Salma Hayek y José Mota como protagonistas. A la mexicana tuvieron que ir a buscarla personalmente, con la mediación previa de Penélope Cruz, fundamental en la operación.
“Le mandé a su representante un guión con una oferta económica, porque si no, ni lo consideran, y me dijeron que no. Insistí doblando mi oferta, y volvieron a rechazarla. Entonces llamé a Penélope”, recuerda De la Iglesia, quien revela que poco después recibió un mensaje de parte de la actriz española: “Dile a Álex que llame directamente a Salma, que ya lo sabe”.
El siguiente paso fue hablar con Salma, quien le explicó que ella lee una vez los guiones y le preguntó si es rápido editando. “Trabajo así: te doy cien ideas, escoges cinco. Discutimos antes de empezar a rodar, luego ya no. Te verá la cara y ya sabré leerte la mente”, le adelantó la mexicana, quien obtuvo por respuesta un “claro, cariño”, del director.
DIRECTORES COMO ALMODÓVAR
Ya metidos en materia, director y actriz, acompañados de otros miembros de sus equipos, brindaron e incluso comenzaron a calcular si llegarían a tiempo de participar en la próxima edición de festivales como Venecia o Cannes. Hasta que Hayek detuvo la excitación: “Primero vamos a hacer la película, luego ya veremos”.
Hay hueco en la entrevista también para otros asuntos, como el plantel de directores del cine español. Preguntado sobre si el cine español es más que Almodóvar, De la Iglesia responde: “Pedro es un pata negra, claro, pero en España hay directores tan buenos como él que no han conseguido triunfar porque no saben venderse como él”.
Finalmente, compara hacer una película con organizar una fiesta, argumentando que los canapés y el lugar ayudan, pero no son garantía de éxito. Después de todo, asegura, “una fiesta y una película las haces para tus amigos”. “Dirigiendo soy barroco, incluso rococó. Amo a mi gente, pero a veces la maltrato. Entonces me arrepiento, pido perdón y ellos me dicen: sí, ya...”, concluye.