La Asociación Insula Signa retiró este miércoles el cartel luminoso de los Multicines Galaxy’s para garantizar su conservación como parte importante del patrimonio gráfico de la historia de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de un “rescate”, tal y como conciben los miembros de este colectivo de historiadores empeñados en custodiar un legado que, tradicionalmente, ha estado fuera del interés de los catálogos de patrimonio al uso. En este caso se trata de uno de los luminosos más icónicos del barrio de Guanarteme: un anuncio que supone hacer un verdadero viaje en el tiempo hasta los años 80 y que nos evoca la edad de oro del cine blockbuster.
El cartel del mítico Galaxy’s será minuciosamente limpiado, restaurado y reintegrado por Insula Signa. La idea, señalan desde esta asociación, es que en un futuro próximo pueda exhibirse como parte importante de la historia de la ciudad. El trabajo de retirada, limpieza y el almacenaje del luminoso se financiará a cargo de una empresa privada que prefiere mantenerse en el anonimato. Ahora la pelota está en el tejado de las administraciones públicas para que este verdadero icono de los 80 pueda ser disfrutado por toda la ciudadanía.
El luminoso del Galaxy’s inauguró la era de los multicines en Las Palmas de Gran Canaria. Este local emblemático abrió sus puertas en 1985 y supuso la instalación de un modelo de exhibición cinematográfico importado desde los Estados Unidos que acabó con las grandes salas y concentró la oferta en dos locales emblemáticos: el propio Galaxy’s y el Royal. Según indicó Jaume Medina, presidente de Insula Insignia, lo normal es que “elementos de este gran valor patrimonial y artístico acaben en un vertedero”.
Este miércoles, varios operarios comenzaron una labor quirúrgica para retirar, uno a uno, los elementos de este pedazo de historia de la capital. No fue un trabajo fácil. Ni mucho menos. Tras años de abandono, muchos de los elementos del luminoso se encuentran en un estado de debilidad estructural que amenaza su conservación. La idea de Insula Insignia, relata su presidente, es restaurar cuanto sea posible del cartel original para reintegrar los posibles daños y devolver al luminoso el esplendor de neón de aquellas noches de los años 80 y 90.
“El cartel del Galaxy’s es especial por varios motivos”, recuerda Jaume Medina. “Lo primero que hay que resaltar es que se trata de un local de gran importancia histórica y cultural para la ciudad: aquí se introdujo la cultura de la versión original en la isla y también fue una empresa que trató de acercar el cine a muchos colectivos que no tenían acceso a la cultura cinematográfica”. Pero este “rescate” también apela a valores que van más allá de la nostalgia: “Se trata de un cartel que por su propia estética y la tecnología que empleó es importante para la ciudad. Fue todo un hito de diseño que ponía de manifiesto los valores estéticos y comunicativos de la década de los años 80”.
Con paciencia, los operarios van liberando de la prisión de óxido las placas de vinilo color chicle y se va descubriendo las tripas de neón del cartel. “Es importante que Canarias conserve este tipo de elementos patrimoniales”, asegura Medina. Y pese a que por las ciudades y pueblos de las islas se apelotonan carteles de gran valor artístico y cultural, desde Insula Insignia lamentan la falta de sensibilidad de las instituciones: “A pesar de las constantes llamadas de atención por nuestra parte sobre su interés cultural y su situación de peligro, hemos tenido que buscar la financiación entre nuestros propios asociado y asociadas y conseguir el apoyo de una empresa privada que sufragará de manera anónima la mayor parte del coste de la operación”, se lamenta Medina.
El trabajo de Insula Insignia ha logrado “salvar del vertedero” algunos rótulos icónicos del comercio y el ocio de nuestra capital. Ejemplos claros son el rescate de los carteles de locales de la importancia de la Sala Cuasquías, la Librería Rexachs o la Joyería Rubí (todos en la zona de Triana). “Queremos dejar constancia de que todas estas recuperaciones ha sido posibles gracias a la sensibilidad y generosidad de sus propietarios, que no dudaron en ponerse en contacto con nosotros para hacer posible su conservación”, comenta el presidente de la asociación.
Ahora se suma el luminoso del Galaxy’s que recuperará, también, la envoltura en neón que brilló durante aquellas noches de cine y roscas. Y volverán a escucharse, aunque sea en la memoria, bandas sonoras fundamentales de la historia del cine (reconozcan que ahora están tarareando la banda sonora de Indiana Jones). Jonh Dumbar bailará otra vez con los lobos; Marty McFly surcará los tiempos a bordo del DeLorean; el Lute proseguirá su huida; los dinosaurios de Parque Jurásico volverán a conquistar hasta cinco de aquellas ocho salas mientras Sam Wheat y Molly Jensen se aman pese a la distancia que impone la muerte recordando aquel año entero en el que Ghost estuvo en el cartel petando la sala de suspiros y lágrimas. ¿Quién de ustedes no se emociona al pasar por las puertas del Galaxy’s?