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‘Irrational Man’: ¿El fin puede justificar los medios?

Gara Santana

Las Palmas de Gran Canaria —

Lo peor no es que no recuerdes el sentido de la vida, sino que cuando lo recuerdas no te termine de convencer. Es lo que le sucede a Abe Lucas (Joaquin Phoenix), un profesor de filosofía en plena crisis existencial (algo no muy novedoso en un profesor de filosofía) que encuentra una solución nada común a su ansiedad y su vacío espiritual. Se trata de su propia solución para mejorar el mundo, pero sobre todo para mejorar su desastroso mundo. En el transcurro del proceso de búsqueda interior le acompañará su alumna Jill (Emma Stone), que encuentra a su profesor irresistible y se enamora de él.

Emma Stone: un valor añadido

Su interpretación es clave para llevar la trama de esta adorable locura a buen puerto. Su expresiva mirada y potente interpretación ya nos sedujo en la oscarizada Birdman (2014) y en esta ocasión forma una perfecta pareja de baile con Woody Allen quien, como siempre, ha dado muchísimo protagonismo al hombre de mediana edad neurótico con crisis existencial pero apoyándose mucho en el personaje de Stone.

El Woody del siglo XXI

Hay un momento de la película en que Jill le confiesa a su atormentado profesor Abe que está enamorada de él y él le responde: “No estás enamorado de mí, sino de la idea romántica de enamorarte de tu profesor de filosofía”. Lo mismo nos pasa a los que amamos el trabajo de Allen, ya no distinguimos cuando una película es una genialidad de cuando es simplemente buena. El amor nos confunde. Somos espectadores irracionales, pero lo cierto es que Irrational Man es una película entretenida, inteligente, encantadora y dejaré a los críticos más exigentes si está a la altura o no de lo que se espera de Woody Allen, pero una cosa es cierta: lo que sigue ofreciendo este director, incluso en su etapa cinematográfica del siglo XXI, no lo ofrece nadie más.