MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
La artista belga Joëlle Tuerlinckx ha creado un diálogo entre la luz del otoño, diversos objetos y el “vacío” en su primera exposición individual en España, titulada 'Joëlle Tuerlinckx. Crystal Times. Reflexión sin sol/Proyecciones sin objeto'. La muestra estará en cartelhasta el 22 de febrero, dividida entre el Palacio de Cristal (Parque del Retiro) y el Edificio Sabatini del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
En el Retiro, Tuerlinckx (Bruselas, 1958) ha trabajado recreando y potenciando sutilmente las condiciones lumínicas del pabellón decimonónico, de unos 1.153 metros cuadrados diáfanos. El espacio del Palacio cuenta a partir de hoy con un discreto trío de “rayos” que crean, literal y metafóricamente, una modulación de luz natural que interferirá la percepción del espacio.
Cada uno de los tres haces de luz está formado por multitud de filamentos, de materiales diferentes: hilo de 'nylon' negro de varios grosores, fibra naranja, y tubo fino de plástico transparente y forma un ángulo distinto en relación al suelo. Además, Tuerlinckx utilizó diversos objetos y construyó brújulas a partir de elementos como una botella o un bote de palmitos. “Se trata de un diálogo entre objetos de la vida cotidiana y objetos artísticos”, detalló la comisaria, Lynne Cooke.
“REFERENTES PERDIDOS”
“Estamos viviendo un momento histórico en el que los referentes están perdidos. Espero que estas brújulas nos ayuden a reencontrarlos”, bromeó la artista. Cooke ve en la propuesta de Tuerlinckx una respuesta “original” y “no convencional” para este emplazamiento, ya que evitó llenar el espacio expositivo con un objeto monumental. “El edificio tendría que estar en evidencia y nunca enmascarado por los objetos”, precisó.
Tuerlinckx tampoco crea una instalación envolvente, una atmósfera fabricada en la que se sumerjan los espectadores, sino que realza la sensación de vacío del visitante. “Es una manera de ver el mundo a través de nuestros sentidos”, añadió Cooke, quien también subrayó el aspecto “lúdico” de la instalación.
“La artista juega con la idea del vacío, asociado al silencio y a la negación de hacer algo en esta época de consumo”, puntualizó el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, quien también destacó el carácter “abierto”, “descontinuado” y “en movimiento” de la obra de la artista.
OBJETOS EN EL SABATINI
Como contrapunto a la intervención específica del pabellón acristalado, la exposición se prolonga en tres pequeñas salas del edificio Sabatini del Museo Reina Sofía, en las que se exponen obras recientes y trabajos anteriores: dos películas, libros, esculturas, dibujos, material de referencia y una maqueta. Además, se exponen objetos que auxilian la comprensión de la instalación del Palacio de Cristal.
Las dos pequeñas salas en las que Tuerlinckx ha construido su archivo están unidas por una tercera, cuyas paredes se encuentran cubiertas por retículas de líneas de grafito. Los trazos repetitivos recuerdan cierta técnica de sombreado utilizada en dibujo para dar volumen y visibilidad a las formas bidimensionales.
El director del Reina Sofía destacó que países como Bélgica tienen como tradición echar al arte una mirada “crítica de las instituciones y las representaciones”. “El trabajo de Tuerlinckx es sensual, bello, difícil de aprender y poético en el sentido literal”, detalló Borja-Villel, recordando la influencia del poeta francés Stéphane Mallarmé en la obra de Tuerlinckx. “Creo que la poesía es la única cosa capaz de hacernos viajar”, concluyó la artista.