Julio Sánchez Rodríguez acerca al Viera eclesiástico en su última obra

El sacerdote e investigador Julio Sánchez Rodríguez ha publicado el libro José de Viera y Clavijo, sacerdote y arcediano, que ahonda en la faceta menos conocida del científico, literato e historiador más representativo de la Ilustración en las Islas. El Viera y Clavijo eclesiástico es una pata esencial para entender su labor en todos los otros campos a los que realizó aportaciones, según el propio autor de la obra.

Julio Sánchez Rodríguez, natural de Arucas (Gran Canaria), participó en la decisión de que la fecha de la muerte de Viera y Clavijo -21 de febrero- se instaurara como Día de las Letras Canarias. Corría entonces el año 2005 y a este sacerdote le encargaron la aportación en forma de conferencia de dar a conocer la faceta eclesiástica del genio grancanario.

A partir de ese momento y durante un año Sánchez Rodríguez acopió toda la información que ha desembocado en el libro editado ahora. “Esta obra me ha supuesto una satisfacción personal muy grande”, señala el autor a la vista de la expectación que ha levantado su decimotercera obra. “Tanto en La Laguna como en Las Palmas de Gran Canaria, los actos de presentación estaban repletos de público”, afirma orgulloso.

El motivo no es otro que el apuntado por los conocedores de la obra de Viera y Clavijo y por el propio Sánchez Rodríguez. “El Viera literato, historiador y científico no se entiende sin el Viera católico”.

La obra desvela un Viera “mimado, estimado y querido por la Iglesia” de su tiempo. Incluso, cuando un dominico lo acusó de haber faltado al dogma en un sermón impartido en La Laguna, la jerarquía eclesiástica canaria, que era también ilustrada, cerró filas en torno a él. En aquellos años, además, “el Santo Oficio estaba en plena decadencia”, recuerda Sánchez Rodríguez.

El libro guarda espacio también para el Viera pedagogo, fundador del colegio San Marcial, “preocupado por la educación de los jóvenes”; y para su faceta de gobernante eclesiástico, labor en la que también destacó, junto a toda la Iglesia canaria de la época, en la lucha contra las supersticiones.

Con esta obra, Julio Sánchez Rodríguez, licenciado en Teología por la facultad de los jesuitas La Cartuja de Granada, vuelve a contribuir a la pervivencia del legado histórico y cultural de las Islas, ya puesto de manifiesto con anterioridad impulsando la conservación del patrimonio histórico-artístico de la Iglesia, con la reforma de la ermita de San Telmo (Sardina de Gáldar), la restauración de la iglesia de San Pedro del Valle en Agaete o la copia procesional de la tabla flamenca de Nuestra Señora de las Nieves (Agaete), entre otras.