El cómico Manolo Vieira ha reivindicado el humor como una forma de crítica de los problemas sociales inherente en su naturaleza, algo que ha rememorado que le inculcó su padre, que “siempre decía que las cosas serias se dicen de broma”. Una sentencia cuyo acierto ha podido corroborar este artista a lo largo de sus 37 años de carrera profesional, en la que no pocos de sus chistes han puesto el acento con ironía en asuntos de la actualidad económica o política, según ha reconocido, pese a que su motivación principal haya sido, “siempre, intentar hacer reír aunque no tengan ganas”.
Puesto que “no es mi afán denunciar, pero sí que en mi relato aparecen cosas” que hacen referencia de modo crítico a personas o circunstancias que quedan así cuestionadas, ha declarado.
Vieira, que ha dicho estas palabras al presentar en rueda de prensa su nuevo espectáculo, que, como viene siendo tradicional desde hace más de un lustro, presentará como antesala de las fiestas navideñas en el teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria, ha admitido que, por esa forma de trabajar, también caben en su discurso juicios a los políticos, aunque no sea de forma directa.
Porque “saben que yo política no hago, pero sí hago un 'déjate caer'”, ha comentado al respecto, avanzando en esa línea que, por ejemplo, en su próximo show habla de cómo su propósito fundamental es “hacer pasar el rato” al público y alude a que, “por cierto, chiquito rato está pasando Rodrigo Rato”.
Referencias que caben en el tipo de espectáculo cómico que él hace por tratarse de un arte que, por naturaleza, no se somete a las convenciones, ha argumentado Manolo Vieira, que, en consecuencia, ha cuestionado el debate abierto por quienes plantean “poner límites en el humor”.
Hasta el punto de que ha afirmado: “si la libertad, de verdad, existe no debería haber límites” para quien hace chistes más allá de los que él mismo se ponga guiado por su conciencia.
Por eso, ha defendido su costumbre de hacer bromas sobre asuntos que hay quien pueda considerar serios e intocables, como los políticos o Dios y su hijo Jesús, al que ha destacado que él usa “para hacer reír, y otros como excusa para usar cañones”. Con lo cual “está más justificado lo mío”, ha apostillado.
Preguntado por la nueva propuesta escénica que estrenará en el teatro Cuyás, el humorista ha anticipado que la ha titulado '¡Cómo han pasado los años!', emulando el nombre de una vieja canción que le vino a la memoria al percatarse de las cerca de cuatro décadas de carrera artística que ha acumulado a sus espaldas desde que empezara a enfrentarse a los espectadores en 1981.
Experiencia desde la cual hablará de cómo han cambiado las cosas, “casi siempre a mejor”, desde entonces hasta la época actual.
Eso sí, sin dejar atrás a personajes habituales en sus historias desde siempre como el niño “Alexis”, que siguen apareciendo en ellas aunque adaptados a la realidad actual.
Razón por la que “ese niño sigue existiendo todavía pero ahora lleva móvil”, ha querido aclarar.