Los objetivos de una treintañera
María de las Montañas es una chica de 30 años un tanto peculiar que tras ver fracasar todos sus proyectos de vida y cargando con sus maletas, literalmente, decide marcarse un objetivo: convertirse en una persona normal. Para ello, elabora una lista con los requisitos que a su juicio, son fundamentales para ser normal: tener un trabajo, una pareja, vida familiar, vida social, aficiones… y al darse cuenta de que no cumple ninguno de ellos se pone manos a la obra para conseguirlo.
Como un cuento con dibujos
La película ha sido premiada en la edición 2015 del Festival de Málaga por varias razones, entre ellas, su cuidado montaje. Y es que todo está mimado en esta película: la fotografía, el color, la ropa de María de las Montañas, de la diseñadora Dolores Promesas que da ese toque ‘indie cool’ de chica descuidada pero con encanto y hasta en su web oficial, requisitosparasernormal.com, el espectador puede participar en concursos, sorteos de entradas de cine para ver la película o incluso sacarse el carnet oficial de pelirrojo con barba. (Pablo Motos ya lo tiene).
¿Quién es Leticia Dolera y por qué nos ha gustado tanto?
No es solo porque cada cierto tiempo nos seduzcan las historias de chicas de belleza exótica que no encajan en el mundo que les rodea, sino porque no era fácil la empresa que esta joven catalana se planteó en un principio: hacer comedia en España, tras el éxito en taquilla de ‘Ocho apellidos vascos’ (2014), que marcó un antes y un después en el lenguaje cómico cinematográfico español. Leticia Dolera, escribió un guion fresco, original, atrevido y fácil de entender y ella misma se aseguró de dirigirlo y protagonizarlo supervisando todas las vidas de su creación, hecha con tanto cariño que es casi imposible no rendirse ante ella.
La normalidad está sobrevalorada
Al final te das cuenta de que bajo el paraguas de la normalidad se cobijan las historias menos divertidas del cine y de la vida. María de las Montañas lleva con total normalidad una vida llena de situaciones poco glamurosas: una infancia complicada, una vida social inexistente, un novio con sobrepeso (Manuel Burque), una difícil situación familiar… Y las convierte en situaciones bellísimas y envidiables que solo necesitan como escenario un Ikea. Yo me pregunto, ¿Por qué no nos desanudamos ya el corsé de la normalidad y comenzamos a respirar profundamente, la vida plena, sin etiquetas? Sin listas que tachar, solo improvisar.