La exquisita degustación tuvo lugar el miércoles pasado en el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a iniciativa de Pedro Schlueter, presidente de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas, quien muy acertadamente eligió como “concierto de final de año” este delicioso menú.
Barrios Orquestados puso sobre el escenario del acogedor auditorio del Paraninfo de la Universidad, con mantel de seda y ofreciendo una selección de exquisitos platos, que la vida con música es más, con música es mejor; que las sociedades con música avanzan a mejores marchas, que la Cultura es tan necesaria para el desarrollo de la persona y por tanto de los conjuntos que conformamos, como el oxígeno que respiramos; que la Cultura es nuestra mejor arma de construcción masiva; que la música, con su consonancia, hace que todos los engranajes funcionen a la perfección; que si nos formamos, nos culturizamos, nos educamos, ya hemos aprendido muchísimas cosas, por ejemplo, que tenemos que cuidar nuestro entorno, que no podemos destruir la casa que nos cobija, que nadie es mejor que nadie porque su alma esté revestida de un traje más claro o más oscuro; que nadie es mejor que nadie porque eligió nacer aquí en lugar de allí; que nadie es más listo que nadie, sino que cada uno es más listo en aquello en lo que la naturaleza le ha capacitado a hacer, hemos aprendido que la historia es una gran maestra y no deberíamos dejar de escucharla, es tanto y tanto lo que se aprende tan “sólo” por culturizarnos, que por eso la labor que realiza José Manuel Brito al frente de un equipazo de profesores y colaboradores para hacer llegar la música y la cultura a cada rincón del tejido social canario es de alto voltaje, tiene tanto valor, que casi no podemos darle número.
Y este gran valor repercute positivamente también en la economía, a pesar de que cuesta reconocerlo y que por eso se siga tratando como “subvención” o “aportación”, en lugar de como “inversión”, la liquidez capital en lo más importante de una sociedad. Las sociedades se enriquecen gracias a la Cultura, somos ricos gracias a la cultura y no tenemos cultura porque somos ricos.
Y aparte de toda esta información transmitida al público por una gran cantidad de jóvenes provenientes de al menos tres de la islas del archipiélago canario, aprendimos también cómo se les enseña a manejar los instrumentos tan difíciles de dominar, cómo aprenden de memoria todas las partituras; cómo manejan los ritmos, cantados, tocados o bailados; cómo han aprendido a trabajar en coordinación conscientes de que cada pulso en necesario para el buen latir de un corazón.
Brito y Barrios Orquestados nos llevaron de paseo por medio mundo y a través de la historia, ofreciéndonos pequeños fragmentos de grandes obras de la literatura musical, nos narraron bellas historias de otras culturas, nos contaron detalles desconocidos de célebres músicos, pero sobre todo supieron transmitir la esencia de la Música, sobre todo destilaron musicalidad, pasión, saber, sonido, afinación, alegría, emoción; nuestros jóvenes de barrios orquestados, encandilaron a un público que salió del recinto lleno de entusiasmo, de agradecimiento y algunos incluso con el deseo de contribuir a este magnífico proyecto.
Este miércoles, también volvimos a comprobar que el corazón no engaña, que cada nota, cada palabra producida sólo desde el virtuosismo o del deseo de exhibicionismo, cae al foso según atraviesa la luz cenital, pero que las notas que emanan desde la pasión, desde el amor incondicional, traspasan sin dificultad todas las fronteras, incluso las más inaccesibles de la condición humana, aquellas que nosotros mismos hemos inventado.
Enhorabuena a B&BO y a todo su magnífico equipo de incansables luchadores y enhorabuena a la Sociedad Filarmónica por dar cabida y escenario a nuestros jóvenes Maestros.