MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
“Estamos anestesiados desde que somos pequeños y hay que luchar porque el sistema sea más humano”, afirmó Leonardo Sbaraglia, actor protagonista de la película 'El corredor nocturno', dirigida por Gerardo Herrero. El filme está basado en una novela del escritor uruguayo Hugo Buriel y se estrena este viernes en España.
Eduardo López es gerente de una compañía de seguros y padre de familia. Un día, de regreso de un viaje de negocios, se encuentra con un hombre --Conti, interpretado por Miguel Ángel Solá-- en el aeropuerto, y se crea una amistad inquietante entre los dos. En este punto comienza una historia de obsesión en la que juegan un papel importante la ambición, el cinismo, la hipocresía y la crisis moral.
Según manifestó Sbaraglia, en declaraciones a Europa Press, la película nos pone ante un espejo a todos nosotros de una manera “extrema y brutal”, para enseñarnos cuál es la moral del dinero. “Siempre se va a seguir reproduciendo y la manera de reproducirse va a ser siempre desde el ser humano, y siempre original y sórdida”, indicó.
En este sentido, explicó que su personaje, Eduardo, fue un reto, porque su expresión es muy “complicada”. “Por un lado, se trata de un tiburón de empresa, un 'yupi' y un padre de familia pero, al mismo tiempo, tiene esa parte ambigua que no se termina de entender cuál, para mantener así al público en vilo, ese fue el desafío”, señaló.
El trabajo junto a Solá fue, según destacó Sbaraglia, muy importante para desarrollar el personaje de Eduardo. “Teníamos que hacer dos personajes que reflejaban las dos caras de la misma moneda, el ying y el yang, el contrapunto expresivo que el espectador tenía que intuir desde prácticamente el principio, desde un lugar casi inconsciente, para entenderlo al final de la película”, dijo.
'THRILLER' PSICOLÓGICO
'El corredor nocturno' es un 'thriller' psicológico, pero también una crítica social de la ambición, la lucha por el poder y la carrera hacia ninguna parte. “A través de un thriller se cuenta un trasfondo social, no se escinde de un reflejo lógico de la sociedad, porque la macroeconomía se nutre de las microrrelaciones sociales. El territorio del sistema es el ser humano, y el territorio, en este caso, es Eduardo López”, apuntó el actor.
Respecto a la historia, el protagonista de la película indicó que es bastante “lineal y concreta”. En ella, un personaje acosa a otro, en una encrucijada en la que un tipo quiere algo del otro y va a hacer todo y moverá todas las piezas del ajedrez para conseguirlo. Según describió Sbaraglia, “el espectador asiste a una pérdida de la humanidad del personaje que se transforma en un instrumento del sistema, sin contradicciones”, señaló.
En este sentido, subrayó que la película capta de forma concreta la moral del dinero, del beneficio y de la rentabilidad, e indicó que en la vida “la moral va cambiando, pero hay muchas morales y siempre son diferentes, porque cada uno tiene una lógica en su moral”.
LAS REGLAS DEL JUEGO
En el caso de Eduardo, este personaje se construye un escenario, un teatro, una ficción en su vida, para poder justificar su monstruo, su atrocidad, algo que “ocurre muchas veces”, porque no se da importancia a las contradicciones que se sienten en el cuerpo, y uno se limita a “seguir las reglas del juego”.
Por ello, Sbaraglia consideró que es importante tener una “guía” y saber qué hay dentro de uno mismo, en la sensibilidad ética, en la responsabilidad de decir “yo no voy a obedecer esta orden inhumana, no la voy a reproducir, ni voy a reproducir el castigo y el aguijón que a uno le clavan”.
En este película, esa es la sensibilidad ética sobre la que hay que reflexionar y ser responsable. “Nos enseñan a competir, a tenerle miedo a la pobreza y a creer que el mundo naturalmente es desigual e injusto, cuando en realidad tendríamos que apostar por que el mundo es de todos y, en ese sentido, no estratificar la sociedad. No quiere decir que el sistema no pueda ser mejor y más humano, hay que luchar por eso”, concluyó.