El bailarín y coreógrafo rumano Gelu Barbu ha fallecido esta mañana a los 83 años en Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad donde se afincó hace medio siglo tras huir de la dictadura de Nicolae Ceausescu, según han confirmado a Efe fuentes del Gobierno de Canarias.
Gelu Barbu (Lugoj, Rumanía, 1932) se formó con Alexandre Pushkin en la escuela Vaganova de San Petersburgo (entonces Leningrado), donde compartió clases con Nureyev y Barishnikov, y llegó a ser primer bailarín de las Óperas de Bucarest, Oslo y Nuremberg.
En noviembre de 1961, huyó de la dictadura rumana aprovechando una gira de su compañía por la República Democrática Alemana (la Alemania del Este), desde donde logró cruzar al sector occidental de Berlín a través del punto de control estadounidense.
El bailarín rumano seguía así los pasos de Rudolf Nureyev, que solo cinco meses antes había desertado de la URSS durante una gira del Ballet Kirov y había pedido asilo político en París.
Tras pasar unos años en Alemania, Noruega y Suecia, Gelu Barbu llegó en 1966 a Gran Canaria por consejo médico, con el propósito inicial de recuperarse de una lesión de espalda.
Sin embargo, acabó instalándose en la isla, donde desarrolló su faceta como coreógrafo, tuteló a toda una generación de bailarines y fundó primera escuela de ballet clásico de Canarias, que hoy dirigen sus discípulos Miguel Montáñez y Wendy Artiles.
En 2006, el Cabildo de Gran Canaria lo declaró Hijo Adoptivo de la isla, en reconocimiento a su contribución a la cultura. Hace dos años, Barbu sufrió una trombosis cerebral y varios microinfartos que deterioraron gravemente su salud.
“Me sentí exiliado en Francia o en Alemania, pero nunca aquí. Esta es mi segunda patria, casi la primera, pues he hecho más cosas aquí que en mi país”, confesó en 2012 Gelu Barbu durante la presentación en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria de un documental sobre su vida.
El director de ese trabajo, Gustavo Socorro, ha relatado este miércoles a Efe que ya entonces, antes de sufrir el ictus, Gelu Barbu estaba mayor, pero lúcido y aún iba a la escuela a supervisar las clases.
Esa “biografía fílmica” de Barbu se desarrolla en diversos escenarios europeos y en ella participan significativas personalidades, como el bailarín y coreógrafo Víctor Ullate o el director de escena Jaime Azpilicueta.
El Gobierno de Canarias ha expresado esta tarde su “inmenso pesar” por el fallecimiento de “este pilar de la danza” en las islas y ha destacado que “su ingente y generosa trayectoria artística y vital merece todo el reconocimiento”.
Gelu Barbu, recuerda el Gobierno canario, “dedicó su vida y su talento a la danza clásica en el archipiélago” y resalta que trasmitió su arte a una larga lista de alumnos de en las islas que “hoy por hoy llevan sus disciplina por los escenarios del mundo”.