Una pintadera y un ídolo de tres ojos: un diálogo entre Canarias y África a través del patrimonio cultural
Un intercambio de objetos arqueológicos entre el Museo Canario y el Museo Théodore Monod de Dakar muestra las similitudes de guardan las sociedades separadas geográficamente
En una sala de un museo de Las Palmas de Gran Canaria varios objetos rituales de diversas culturas africanas intercambian miradas con las características pintaderas prehispánicas de Gran Canaria. En una sala contigua, una variedad de objetos cerámicos usados por los antiguos habitantes de esta isla se funden con recipientes de la misma utilidad pero diferente fisonomía procedentes de distintas partes del continente africano. Esta mixtura se repite también con tejidos en otras salas del Museo Canario y al mismo tiempo en el Museo Théodore Monod de Dakar, conocido también como Museo IFAN (Instituto Fundamental del África Negra), uno de los más antiguos de Senegal, gracias a un intercambio de objetos que ha mostrado la riqueza del diálogo y del entendimiento entre los pueblos.
Este Diálogo entre culturas, como se ha titulado esta exposición que finaliza el 15 de noviembre en la capital canaria, es una colaboración rubricada a finales de 2020 y que se enmarca dentro de un proyecto cofinanciado por la Viceconsejería de Acción Exterior del Gobierno de Canarias. Comprende varias acciones entre las que se incluye este intercambio, por el cual el espacio museístico canario ha traslado a Dakar 40 de sus piezas y el senegalés, 47.
Uno de los objetos más llamativos enviados por el IFAN es una figura que representa a un dios protector del hogar, conocido como cabeza de Lare, de la cultura Ngueré de Costa de Marfil, realizado con arcilla, conchas, casquillos de balas y que tiene como elemento extravagante un tercer ojo mágico en la parte posterior, como un ojo que todo lo vigila. Este objeto dialoga en la misma sala con las pintaderas de Gran Canaria, creaciones que, en teoría, servían para marcar los hogares o identificar a los grupos familiares. Pero además, en las vitrinas de Museo Canario se pueden encontrar recipientes de cerámica para transportar el aceite, cantimploras o teteras de Mali, Guinea Bissau o Senegal al lado de las vasijas en las que los antiguos habitantes de la isla transportaban y almacenaban alimentos. También se aprecian tejidos como el bogolán, una tela teñida con barro característica de Mali o una casaca de guerra de Ghana confeccionada con aplicaciones de piel de pantera y conchas que se mezclan en la sala con los tejidos canarios, de piel de animal y fibra vegetal, que los habitantes de Gran Canaria utilizaban como vestimenta, como esteras o envoltorios funerarios.
“Todos estos objetos no son iguales y al mismo tiempo lo son”, destaca María del Carmen Cruz, conservadora del Museo Canario y que se ha encargado de la selección de los objetos canarios enviados a Senegal. Cruz detalla que aunque las materias primas sean diferentes, ya que en los tejidos africanos hay algodón, bordados o tintes, mientras que los canarios son de piel animal o fibra vegetal, la utilidad que se les daba era similar. Del mismo modo ocurría con la cerámica, que a pesar de que tienen una decoración totalmente diferente, el concepto era el mismo: servían para transportar y almacenar. “Resulta que hay miles de pueblos en diferentes lugares de este planeta y en diferentes épocas haciendo las mismas cosas”, destaca.
El sentido utilitario de los objetos africanos se ha enfrentado desde la época de la colonización al significado artístico que Occidente quiso darle a los mismos. Por ello, Cruz subraya que esta exposición “es un diálogo entre culturas porque tú estás viendo que es algo diferente, pero si miras detrás ves que estos objetos son funcionales, de la misma manera que los nuestros”. Una idea que defiende Bienvenu Cheikh, el conservador del IFAN, que dejó claro en la presentación de la exposición del Museo Canario que los objetos africanos no nacieron con una finalidad estética, sino funcional, que guardaban relación con ritos funerarios, culto a los antepasados, protectores del hogar...Tal y como se puede disfrutar en el Museo Canario.
La exposición de Dakar cuenta la historia de los antiguos canarios
Durante la presentación de los objetos africanos en el Museo Canario, Cheikh expresó su satisfacción de poder albergar en la institución senegalesa piezas que narran el modo de vida de los primeros habitantes canarios. “Aunque estemos cerca, en Senegal no conocíamos esta parte de la historia de Canarias y gracias a estos objetos hemos podido conocer más”, subraya. Pero además, este intercambio es importante según el conservador del IFAN porque les permite analizar las diferencias y similitudes de los objetos africanos y canarios y poder crear así un discurso sobre sus utilidades y sus historias. Es conocerse más mutuamente.
Cruz especifica que gracias a los objetos canarios traslados a Dakar, entre los que se encuentran pintaderas, ídolos, molinos, picos para excavar cuevas, recipientes y un fragmento de una envoltura funeraria se ha podido contar que los primeros habitantes de Canarias eran bereberes, sus maneras de cultivar y practicar la ganadería, la división de la sociedad, las diferentes profesiones o cómo se realizaban los enterramientos. “Nosotros lo teníamos claro, queríamos contar nuestro fuerte: la historia de los antiguos canarios”, puntualiza Cruz.
Francia restituye una parte del patrimonio cultural africano
Durante la presentación de la exposición se pudo ver al conservador del IFAN describiendo los objetos africanos, su verdadero significado y utilidad. Esta es una de las reivindicaciones del sector que defiende la restitución del patrimonio cultural africano, el cual demanda que sean los propios africanos los que cuenten su historia y destaquen cuál era el papel que tenían estos objetos en sus sociedades. En esta visita, Cheikh recalcó que estas piezas no poseen ningún significado artístico.
Sin embargo, una gran parte del patrimonio cultural africano, entre los que hay objetos que nacieron con un fin utilitario, está fuera del continente. Se encuentra en museos europeos y en Estados Unidos despojado de todo contexto. Por ello, cada vez más personalidades africanas y afrodescendientes reclaman un retorno de todas esas piezas a sus culturas de origen.
Una de las últimas devoluciones se produjo esta semana por parte del Gobierno francés, después de que el presidente de la República, Emmanuel Macron, anunciara en sus perfiles sociales el retorno de 26 piezas a Benín robadas durante la colonización al reino de Abomey. La ceremonia simbólica de devolución, presidida por el propio Macron, tuvo lugar en el Museo Quai Branly de París, donde hay 70.000 objetos africanos saqueados durante la colonización.