La poeta chilena Rosabetty Muñoz gana el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2024

“La mirada descarnada sobre la mujer y su lugar en la cultura insular otorga una gran fuerza y originalidad a los versos de Rosabetty Muñoz”. Así se ha expresado el jurado al conceder a la poeta de Chiloé (Chile) el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2024. Ha destacado, asimismo, la extraordinaria eficacia comunicativa de Muñoz, que convierte en universales los paisajes, las costumbres y los ritos de estas islas del sur de Chile. 

El Jurado, del que formaban parte las españolas Olvido García Valdés -premiada en la anterior edición- y Carmen Alemany, ha valorado su amplia trayectoria literaria. La obra de Rosabetty Muñoz (Ancud, 1960) ha sido reconocida con numerosos premios como el Altazor o el Nacional de Literatura.  Desde 1980 la poeta ha indagado en las tradiciones estableciendo un diálogo permanente con la sociedad desde la escritura y la docencia. Durante cuarenta años, además de clases de lengua y literatura, ha puesto en marcha talleres literarios y programas de animación a la lectura para jóvenes. “En Chile hay una poesía valiosísima, variada y extraordinariamente vital que se recrea continuamente - afirma Rosabetty Muñoz- sin embargo, se da la paradoja de que cada vez se lee menos, sobre todo en las escuelas y en los colegios, que son los lugares en los que yo me encontré con ella.”

Hay Ovejas y ovejas se titula uno de los poemas de su primer libro, Canto de una oveja del Rebaño (1981), censurado durante la dictadura de Pinochet. Se trata de un texto que, a modo de fábula doméstica, enfrenta al lector con la posibilidad de elegir. Sin concesiones, en Hijos (1991) afirma: “No se crían hijos para verlos morir”. En nombre de ninguna (2008) es un poemario que da voz a las adolescentes que se enfrentan a embarazos no deseados: “He tratado en mi poesía de mostrar a otros, a otras, dejarme traspasar por sus voces”. En esta edición combina los poemas en prosa y los estróficos en un formato de álbum familiar.

La poeta bucea en el imaginario colectivo femenino de Chiloé en el que subyacen, como señala el crítico Yanko González, el temor constante por la muerte en altamar y el duelo recurrente. Es un dolor que ha formado parte de la vida en las aldeas de costa de Canarias, Galicia, Andalucía o Marruecos. Y es que, Rosabetty Muñoz considera su escritura “pariente lejana a la esencia del lar, entendido como la recuperación de un espacio/tiempo que raya en lo onírico” aunque sin olvidar que “el aquí y el ahora” resultan para ella fundamentales.

La autora de Ratada (2005) percibe su trabajo como un proyecto circular, una isla, “en cuyo centro se encuentra Chiloé como un estallido, como el poderoso inicio del universo”. Y desde ahí la poesía se hace cargo de reunir los fragmentos a través de ese sujeto poético que es reflejo de muchos personajes.

Rosabetty Muñoz ha elegido vivir en la isla: “Siento que seguir en Chiloé tiene sentido en cuanto a que mi obra poética ha de estar vinculada estrechamente a la circunstancia vital”, declaró la poeta durante un recital ofrecido en Lanzarote en 1998. “Mis libros son parte de un proceso histórico en el que estamos muchos involucrados: ser el sur, decir el sur, y desde allí sumarnos a otros espacios soñados y posibles”. Desenvolverse en este ámbito no está exento de preocupaciones, y así lo reconoce la autora de Técnicas para cegar a los peces (2019): “He vivido mucho tiempo bordeando el territorio doméstico con auténtico pavor de su bajo tono y supongo, también, que este temor me acompañará mientras viva. Los mayores riesgos que estoy dispuesta a asumir, los asumo en la poesía, donde concentro fuerzas”.

Esa energía poética es la que, sin duda, la animó a aceptar en septiembre de 2023 la invitación del Instituto Cervantes de Beirut y de las embajadas de Chile en el Líbano y Siria para leer sus poemas – traducidos al árabe por Jaafar Al Aluni- en Trípoli, Baalbek, Beirut y Damasco.

Solidaria

Esta casa habla.

Más bien junta sus esquinas

En un esfuerzo conmovedor.

Cruje su madera,

suenan las bisagras

mientras cruza la pena

de una pieza a otra

arrastrando los pies.

El Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, que otorga el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, fue creado en 2004 y reconoce la labor de los autores iberoamericanos de destacada trayectoria y cuya obra sea considerada un aporte notable al diálogo cultural y artístico de Iberoamérica.

 La poeta agradeció el galardón definiéndolo como “ese foco que al iluminar tu trabajo facilita el diálogo con otros”. “Nunca he esperado nada de la poesía - añadió- Cada alegría que me ha dado es un milagro: ediciones, viajes, encuentros con personas valiosas, distinciones, conocer a los amigos más entrañables que tengo”.