Cambio de mes, cambio de estación, cambio de escenario.
Dicen que los cambios suelen ser para bien, y este cambio de estación lo ha confirmado, por lo menos en Las Palmas de Gran Canaria, en donde hemos tenido la fortuna de disfrutar de un maravilloso espectáculo de exquisita calidad, gracias a la iniciativa de la “casa” Barceló, de trasladar a la isla un nuevo festival de música, Santa Catalina Classic, puesto de largo este viernes, 2 de julio, en el privilegiado entorno de los jardines que preceden al recién renovado y emblemático Hotel Santa Catalina.
Sorprendente inauguración nada menos que de la mano de la prestigiosa Mahler Chamber Orchestra y Gustavo Dudamel, “joven promesa” de la batuta convertido ya en “cumplo con lo prometido”, por todos conocido dentro y fuera del ámbito musical, sobre todo por ser el director más joven que ha dirigido a la Filarmónica de Viena, en 2017, en el prestigioso Concierto de Año Nuevo, que cada año reúne en directo ante la televisiones de medio mundo a más de 60 millones de personas, duro reto para un joven director que sacó pecho en el templo de la Música, poniendo sobre el podio todos sus conocimientos, pero sobre todo, algo fundamental que le acompaña desde su primer golpe de batuta: ¡la pasión y el respeto por la música, por el arte, y por el público!
Y con estos elementos, indispensables también para alcanzar la grandeza como persona, llegó Gustavo Dudamel a Canarias, dispuesto a entregar toda su seriedad al público en la inauguración de este recién nacido Festival en la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria: ¡Santa Catalina Classic!
Rodeados de naturaleza, arte y cultura asistimos a un espectáculo único de la mano de otro icono musical, la Mahler Chamber Ochestra, como verán Gustavo por partida doble, gran casualidad de nombres que rubricaban de antemano el inequívoco éxito de este concierto.
Venciendo todos los inconvenientes de un concierto al aire libre, por la dureza acústica que ello representa, gracias a la combinación de un espectacular equipo de sonido, un escenario estratégicamente situado, y la indudable calidad de orquesta y director, pudimos vivir una inolvidable noche, llena de música, de emoción por esta nueva vida, de calidad, y de grandes obras sinfónicas, de ilustres apellidos, Mendelsohn y el inmortal Ludwig van Beethoven, quien nos acompañó en el viaje de los sentidos, con su Heróica.
Además, en el Parque Doramas se puso una pantalla para que la gente pudiera también asistir al concierto por esa vía.
Y como todo lo bueno también llega a su fin, pero en Barceló no están muy de acuerdo, porque la fiesta continuaba, una vez finalizado este maravilloso espectáculo, fuimos dejando con cierta pena pero llenos de energía, de buena vibración, ese entorno tan bonito, con el deseo de que pronto volvamos a vivir la vida por la que tanto hemos luchado, tal y como la merecemos.
La noche continuó rodeada de cultura, cenando o departiendo en el emblemático edificio de Miguel Martín Fernández-de la Torre. Muchas fueron las personas provenientes de otras latitudes que decidieron pasar un maravilloso fin de semana en nuestra ciudad, atraídos por el calor de las Artes. ¿Hay algo más significativo para expresar el significado del tan mencionado binomio Turismo-Cultura?
Por último quiero destacar y expresar la opinión generalizada de los muchos asistentes al evento, entre los cuales quiero destacar a dos muy conocidos y habituales en el mundo cultural, como nuestro querido e indispensable Jerónimo Saavedra y nuestra incansable luchadora Nardy Barrios, sobre la espectacular organización del evento, que suplió con excelencia los inconvenientes propios de un imaginado auditorio al aire libre, gracias a un personal que, con exquisita educación y maneras, nos guió a todos hasta nuestros elegantes asientos, sillas visiblemente numeradas. Cabe decir que da gusto sentirse mimado hasta el último detalle, incluida la bonita bolsa que nos esperaba en cada asiento, con su botella de agua, desinfectante de manos, una libreta y los programas de mano. Este conjunto de calidad, detalle y profesionalidad nos permitió viajar a otras esferas y disfrutar de una mágica noche bajo y junto a las estrellas, sin duda, el sello de la casa.
Gracias a Barceló por haber elegido esta ciudad y nuestro querido Hotel para ser escenario de un nuevo y magnífico evento cultural. ¡Larga Vida!