Afirma el cineasta Teodoro Ríos (Guarapo, Mambí, El vuelo del Guirre) que los canarios sufren de un complejo de inferioridad derivado de la Conquista de las Islas por parte de la corona de Castilla, allá por el siglo XV, que marca aún hoy día la forma de ser de los isleños. “Lo de fuera siempre es mejor” es un pensamiento que, según explica Ríos, persigue a los canarios y los lleva, como al protagonista de su ya icónico largometraje Guarapo, a querer abandonar las Islas en busca de un futuro más prometedor que el que ofrece el Archipiélago.
Pero Teodoro Ríos, que ya exploró y contó el fenómeno de la migración canaria en la trilogía que dirigió junto a su hermano Santiago y que culminó con El vuelo del Guirre en 2007, tiene en mente desde hace algunos años un proyecto multidisciplinar con el que, está convencido, ayudará a superar de una vez por todas ese complejo de los canarios (que “no viene a cuento”) y con el que espera “hacer mejores” a los isleños.
La idea es sencilla: hurgar en la Conquista de Canarias y recuperar para el público las historias de los héroes y heroínas aborígenes que defendieron su cultura, su religión, su forma de vida y su tierra ante la amenaza externa de los conquistadores.
“Hay historias maravillosas”, dice entusiasmado. “Tinguaro me recuerda a Leónidas y a sus 300 espartanos que lucharon en Las Termópilas”, pero también hay otros símiles, como el William Wallace de Braveheart, o Héctor en Troya. Todos ellos acabaron perdiendo contra sus enemigos, igual que los guanches, pero eso no es lo que importa, defiende Ríos. Lo que emociona a este cineasta veterano es imaginar a aquellos antiguos pobladores de las islas enfrentándose con lo poco que tenían a un poderoso ejército para intentar mantener su modo de vida intacto. Con los ojos vidriosos, Teodoro Ríos relata que fue en un barranco situado muy cerca de donde se realiza esta entrevista (en el parque El Montillo, en La Matanza) donde los guanches presentaron una de sus últimas batallas importantes contra los castellanos tras casi un siglo de enfrentamientos.
Hoy día los municipios en los que tuvieron lugar estos hechos conservan el nombre que le dieron entonces los conquistadores: La Matanza de Acentejo (cuando vencieron los guanches y casi acaban con los castellanos) y La Victoria de Acentejo (cuando los guanches fueron finalmente derrotados). Losa nombres los pusieron los vencedores de la contienda, los conquistadores, y su narración de los hechos es la que ha prevalecido. Teodoro Ríos se ha propuesto incorporar a esa versión la voz de quienes perdieron.
Llevar estos relatos al cine o a la televisión es una posibilidad “muy real”, comenta. ¿Al estilo de Juego de Tronos?, “¿Por qué no?”, contesta rápidamente. Canarias, asegura, tiene un pasado, una mitología, tan digna como la griega. Lo que hace falta es “recuperarla e incorporarla” al presente de los canarios. “Es un relato que asombraría al mundo”, defiende con entusiasmo.
Y si alguien ve aquí el germen de una idea independentista o vinculado a ciertas siglas políticas está muy equivocado, como se esfuerza en aclarar el cineasta. El objetivo, afirma, no es confrontar, ni alimentar un sentimiento de separatismo o de revancha. “No estoy hablando de odio”, comenta. “Estoy hablando de amor”, amor a aquellos personajes, a sus historias, a su heroísmo e incluso a su destino, cuyo resultado es la Canarias actual (con lo bueno y con lo malo).
Teodoro Ríos intenta desde hace tiempo sacar adelante esta idea, este proyecto, al que ha llamado Tinguaro. El héroe propio, pero ha encontrado escollos a veces incomprensibles, según explica, y tanto entusiasmo como rechazo ante la idea de llevar a la pantalla (la grande o la pequeña) o a un escenario de teatro la epopeya de los aborígenes canarios. De momento la idea está ahí, buscando respaldo. ¿Tendrá que venir alguien de fuera a darle la razón?