Víctor Jaubert es aún demasiado joven como para haberse acostumbrado ya a los halagos que desde hace un tiempo está recibiendo por su peculiar estilo más cercano a los dibujos animados que a la pintura en sentido estricto. Él se define como un “ilustrador” aunque encasillamientos aparte las miles de personas que han podido ver su particulares obras no dejan de asombrarse por la originalidad de sus dibujos, el humor, el detallismo casi oriental y la desbordante imaginación. Jaubert nació en Santa Cruz de Tenerife pero rápidamente se fue a vivir a La Palma. “Como mis padres trabajaban todo el día después del colegio me pasaba solo las tardes enteras mirando la televisión”, explica.
Y sin duda es de aquí de donde extrajo una mezcla de influencias que acaban de despuntar y que ni él mismo es capaz de aventurar hasta qué remota dimensión llegarán. A todo ello hay que sumarle los gustos de sus padres por la música de los sesenta y los musicales que aún escucha mientras dibuja. Un momento decisivo de su vida fue su estancia durante un año en Francia, cuya cultura se plasma perfectamente en sus cuadros. “Le Glamour Fatale”, se titula su última exposición, aún sabiendo que el titulo está mal escrito. En la actualidad reside en Santa Cruz y tiene su propio taller en La Orotava. Es el autor del cartel de los Indianos 2013.
-¿Es inevitable preguntarte de dónde vienen tus influencias?
-Siempre me dediqué a copiar lo que aparecía en la televisión. Estuve en el colegio de las Dominicas y allí me recuerdan dibujando. Era el encargado de hacer los murales y había peleas porque todos se querían quedar con ellos. En el instituto seguí dibujando para los profesores. En casa de mi abuela igual: todo el mundo me recuerda pintando sin parar. Luego vine a Tenerife a estudiar Bellas Artes y permanecí un año en Francia. Aquello fue un golpe muy fuerte porque descubrí muchísimas cosas: tanto su cultura como su forma de vivir. Los rastrillos con cosas antiguas, moverte con bicicletas, las peculiares señoras mayores, la arquitectura? todo eso me influyó bastante. Aparte en mi casa siempre ha habido mucha cultura de oír a los Beatles o ver las películas clásicas de toda la vida. A lo mejor me levantaba escuchando a Barbra Streisand y me acostaba con una película de Doris Day. Mis padres me inculcaron mucho el gusto por el buen cine y por la buena música. De hecho lo que oigo ahora me parece una copia de todo aquello. A eso hay que sumarle los juguetes que tenía y que prácticamente los conservo todos. Ahí se creó una mezcla y por eso mucha gente cuando va a mis exposiciones siempre ve reflejado algo de su infancia.
-¿A mi tus dibujos me recuerdan a los Autos Locos?
-Pues a esos precisamente no los conozco.
-Pues seguro que te encantarían. ¿Te gustaría vivir siempre en Francia?
-No, visitó Francia bastante, pero estoy muy bien aquí. Tal vez ya no estaría preparado para pasar otra vez las penurias que pasé entonces.
-¿Cuál crees que será tu próximo paso después del éxito que han tenido todas tus exposiciones?
-Ahora mismo estoy centrado en las exposiciones, en los talleres y en ilustrar libros.
-¿Y en cuánto a estilo cómo ves tu evolución?
-Tal vez me he acomodado pero hay que luchar para que no te metan en lo mismo de siempre y te encasillen. Cuando recibes algún encargo de una editorial sí que te tienes que ceñir a lo que te piden. A la gente le gusta lo que hago así que mi estilo seguirá igual aunque estoy seguro de que con el tiempo evolucionaré.
-¿Te ves a ti mismo dibujando algo abstracto?
-No, no me imagino pintando un cuadro abstracto. No me gusta. Prefiero que la gente sepa lo que ve. Un estilo para todos los públicos, para la madre, el padre, los niños?
-¿Cuáles son tus diseñadores favoritos?
-Pues Bruno Bozzetto, Mary Blayr de Disney, Will Watterson, Schulz? eso son los principales.
-¿Qué te parecen los programas que hay ahora mismo para los niños en las televisiones?
-Añoro lo antiguo. Todavía me siento a verlos pero prefiero los de antes. Extraño aquella lentitud para contar una historia mientras que ahora todo se resuelve en medio segundo. O también los doblajes mejicanos, esos momentos retros que tenían Scooby-Doob o la Hormiga Atómica.
-Acabas de hacer el cartel de los Indianos de este año. Aunque da la impresión de que te gusta más la cultura europea que la sudamericana.
-Sí pero fue un encargo y me encantó. Fue un reto porque es una fiesta que siempre he vivido desde pequeño cuando salías a la calle por la tarde y solo había cuatro personas hasta ahora que a las nueve de la mañana hay cuarenta mil. Los que me hicieron el encargo confiaron en mi y opté por hacer algo reto, algo antiguo, con las cajas embaladas, las maletas, las siluetas de las personas o el Correíllo que marcó la época de mis padres y tíos que viajaron en ese barco. También aparece la negra porque es el símbolo de la fiesta.
-¿Te consideras un pintor o un dibujante de cómics?
-Cuando me preguntan siempre digo que soy un ilustrador. No soy aficionado a los cómics. No me interesan Batman, ni Supermán, ni Marvel, ni los manga. Lo mío es ilustración, cine clásico, música, bandas sonoras, musicales y tebeos pero los de antes como el Superlópez.
-¿Se podría decir que tu concepto del arte está más cercano a Andy Warhol que a Picasso?. En el sentido de que no le das demasiada trascendencia artística a tu trabajo.
-Si lo pones tan extremo sí. Totalmente.
-Veo que has cambiado también de temas. Ahora incluyes fondos marinos con enormes ballenas y todo tipo de criaturas marinas o a mujeres astronautas.
-Sí, la intención principal de las exposiciones siempre es la burla sana o reírte de situaciones. Por ejemplo, en la última se ve un fondo marino con una ballena enorme pero es la excusa para resaltar el detalle de una gente que toma un café dentro de un submarino en un momento muy sofisticado. También hay otro en el que se ve una orquesta que de pronto deja de tocar para que los señores tomen el té que les traen en un carrito. Mi intención es que los niños puedan ver un significado y los padres capten otro, aunque al final todos acabarán en la misma risa.
-¿Te gusta que tu trabajo provoque risa?
-Sí, la verdad que sí. En las exposiciones cuido la música para que se cree un ambiente adecuado y me gusta ponerla alta porque cuando estoy en la sala y la música está baja notas que la gente no se atreve a hablar. Sin embargo, si suena fuerte ya empiezan a hacer comentarios entre ellos, se ríen y se inventan una historia a partir de lo que ven.
-¿Cuál dirías que ha sido la exposición de la que estás más satisfecho?
-Todas han estado bien pero la última que he hecho en la Casa Salazar de La Palma la visitaron 6.000 personas, se ha movido por bastantes sitios y ha sido recibida muy bien. Me he arriesgado más en los formatos, con cuadros mayores que son más difíciles de vender. En La Palma he estado expuesto quince veces en el Club Náutico.
-¿Qué proyectos tienes?
-Pues voy a ilustrar dos libros de un escritor de Tenerife y luego seguiré con pequeños talleres o exposiciones en el local que tengo en La Orotava.
-¿Puedes vivir del dibujo?
-He tenido suerte y por ahora sí. Para cada una de las veinte exposiciones en las que he estado he dibujado veinte cuadros y en mi casa sólo tengo ya cuarenta. O sea que he vendido como unos 350. También es cierto que por mi situación familiar no me quejo para nada.
-¿Cómo te ves en el futuro?
-Pues lo curioso es que en teoría ahora debería estar trabajando en otra cosa y luego vivir de esto pero lo que ha ocurrido es que ya puedo vivir de esto así que confío en seguir haciendo lo mismo. Espero que todo vaya a más y continuar en el candelero. No quiero desilusionar a las personas que han comprado mi obra y han apostado por mi.
-¿Santa Cruz de La Palma también ha apostado por ti?
-La verdad es que sí. La respuesta ha sido muy buena con el cartel de los Indianos. Al menos eso es lo que veo en facebook, en internet o lo que me cuentan por teléfono. También he colaborado con los antiguos directores de la Escuela Municipal de Teatro, Antonio Abdo y Pilar Rey.