El XXV Festival de Música de Canarias baja el telón con Mahler

Tras el éxito arrollador del concierto de la orquesta filarmónica de Viena dirigida por Lorin Maazel en el auditorio Alfredro Kraus en Las Palmas de Gran Canaria, el XXV Festival de Música de Canarias se despide este lunes con uno de los conciertos más esperados por los aficionados, la Séptima sinfonía de Mahler y cuyas entradas quedaron agotadas desde semanas antes del concierto.

Para el director del certamen, Juan Mendoza, se trata “uno de los hitos de esta edición”, pues esta obra sólo se ha programado en una ocasión a lo largo del cuarto de siglo de historia del Festival, “con Vaclac Neuman”, recuerda Mendoza, “y hace ya bastantes años”.

El cuadro sonoro se inicia con un gran movimiento titulado Langsam, Allegro risoluto ma non troppo en el que contrastan los episodios de gran lirismo con el martilleante ritmo característico de la obra. Le sigue uno de los dos nocturnos, Nachtmusiken (Allegro moderato-molto moderato, Andante) construido sobre la base de sinuosas melodías para instrumentos de viento.

El Scherzo: Schattenhaft que le sigue tiene el característico tempo de vals tan apreciado por Mahler. Vuelve entonces la música nocturna con el Nachtmusik II: Andante amoroso, una serenata romántica que rememora las antiguas melodías de los músicos callejeros.

La obra concluye con un Rondo-Finale: Allegro ordinario-Allegro moderato ma energico en el que el oyente puede localizar citas de obras muy conocidas como Los Maestros cantores de Wagner, La viuda alegre de Lehar o El rapto en el Serrallo de Mozart.