Mathias Scavello, segundo entrenador del ADEIN Tenerife Santa Cruz Fundación CB Canarias, ha sido testigo de excepción y al tiempo artífice de la temporada llevada a cabo por el representativo en la Primera División de Baloncesto en Silla de Ruedas, que culmina este fin de semana con la participación en la final a cuatro de Puertollano.
El preparador indica que el equipo jugará los dos próximos encuentros sin presión, consciente de que su objetivo a comienzos de curso era la permanencia. Mathias se siente orgulloso de la evolución que ha tenido el grupo a lo largo de las jornadas y del apoyo de la afición.
¿El cuarto puesto final en la liga les supo a poco?
“Nos supo a mucho. El objetivo a principio de temporada era mantener la categoría. Después de la primera vuelta nos marcamos el objetivo de entrar en los play-off por la buena marcha del equipo. Pero luego empezamos la segunda vuelta muy mal, con derrotas en Gran Canaria y Ferrol. La primera era previsible, pero la segunda fue fundamental para ponernos las pilas. La plantilla fue entonces consciente de los bajones de juego que se sufrían, sobre todo en los terceros cuartos. Por todo esto, la cuarta plaza nos sabe a mucho”.
¿En qué momento de la liga se dio cuenta que la final a cuatro era una posibilidad?
“Al finalizar la primera vuelta y una vez vistos a todos los equipos, sabiendo además que se iban a reforzar, fue cuando fuimos conscientes de que había posibilidades de entrar en los play-off o al menos de estar en la pelea si subíamos el nivel”.
¿Cuál es el equipo que más le ha gustado?
“Hemos visto grandes equipos y grandes jugadores: Puertollano con Zabala, Zuzenak me gustó sobre todo a comienzo de temporada al ser un equipo muy trabajado, Ferrol con Paz y los fichajes que hicieron luego”.
De los equipos de arriba, el único que no se reforzó fue el ADEIN.
“Bueno, tuvimos la vuelta de Tino. Su incorporación nos ha dado alas. Hemos crecido mucho con su vuelta”.
¿Y cuál es el equipo que más le ha sorprendido?
“Nosotros. Cuando Javier Martínez me contactó en verano, el mensaje era ganar tres o cuatro partidos para garantizar la permanencia. Pues al final se ganaron once partidos, así que se puede decir que somos una de las grandes sorpresas de la liga”.
¿Por qué le ha costado al equipo ser regular?
“Fue una cuestión de mentalización de los jugadores, de darse cuenta de que podían sacar los partidos adelante. Eso se vio en los últimos encuentros en casa, que fueron los mejores de toda la temporada, contra Puertollano y Zuzenak. Ahí fue cuando dimos el paso adelante. Ahí fue cuando dejamos de sufrir el bajón en el tercer cuarto, tanto física como anímicamente. Eso se rompió, se dejó atrás. Contra el Gran Canaria se vio que les podíamos competir, pero luego no tuvimos continuidad. Lo mismo nos pasó en Ferrol. Repito que el partido de Ferrol fue clave para el crecimiento que tuvimos después. Eso coincidió con la vuelta de Tino y entonces todo cambió. Tino es fundamental para mantener el bloque. Él dirige porque tiene la experiencia para saber lo que se debe hacer en cada momento. Eso ayuda un montón. Es un entrenador en la cancha”.
¿Qué espera de la final a cuatro?
“Nosotros vamos con el trabajo ya hecho. Vamos a competir y a darlo todo con menos presión que el resto de los equipos. Esto entiendo que es positivo para nosotros. Si venimos con victorias, pues será una gran alegría. Si no ocurre así, pues nos gustaría regresar con la sensación de haber competido. Somos un equipo peleador”.
¿Quién es favorito?
“Los equipos que han estado arriba todo el año. Gran Canaria tiene un equipazo, Puertollano ha subido el nivel, sin olvidar a Zuzenak. Todos son peligrosos. Nosotros, si tenemos un día bueno, podemos meternos en la pelea”.
¿Cómo es la relación con Javier Martínez? ¿Cómo se reparten el trabajo?
“Mi trabajo ha sido básicamente analizar a los rivales y hacer los informes. Se trataba de hacer los análisis previos para ver sus defensas y sus ataques. Luego también escuchar a Javier y aportarle mi opinión. Creo que hemos crecido equivocándonos y acertando también muchas veces. Creo que hemos sabido leer muy bien algunos partidos. En Puertollano y en el primer partido de liga ante el Gran Canaria también nos equivocamos. En el balance creo que tenemos más aciertos que errores”.
La presente era tu primera experiencia en el baloncesto adaptado. ¿Cómo ha sido?
“Este es un mundo nuevo para mí. Estoy sorprendido porque siendo baloncesto es muy duro. Lo esperaba más lento. Me han sorprendido los choques. Las sillas ocupan mucho espacio y limitan las acciones. Pero por el contrario es muy rico en la presión, en parar al rival, etc”.
Al equipo le costó ganar fuera de casa. De hecho lo hizo por vez primera casi al final de la primera vuelta en Mallorca. ¿Cómo fue posible conseguir esos triunfos lejos de la isla viajando con tan pocos jugadores?
“Es un poco la tónica de la liga. El gasto limita mucho. Y luego está la incomodidad de los viajes. Los equipos de la Península se quejan, cuando en realidad a nosotros nos toca coger un avión casi cada dos semanas. Viajamos casi con dos sillas por persona, la de juego y la de paseo”.
El ADEIN tiene la mejor afición de la categoría.
“Zuzenak y la nuestra son las mejores aficiones. Ningún pabellón se llena como el nuestro y eso nos ha dado alas en los partidos de casa. La afición ha sido fundamental para que algunos partidos cayesen de nuestro lado. Esto a los jugadores les hace sentir muy bien”.
Hemos tenido lesiones de jugadores importantes.
“No contamos con Tino hasta la segunda vuelta. Y luego Ramón sufrió una fisura en un dedo y los perdimos en los últimos partidos. Son dos jugadores importantes para nosotros, que nos aportan mucho. Ambos están a tope de cara al play-off”.
¿Cómo han preparado la final a cuatro?
“Hemos estado casi un mes sin jugar. Pero con el paso de los días la gente se ha ido mentalizando de que esto aún no ha terminado”.
¿Cómo han llevado una competición con tantos parones?
“A la liga le falta continuidad, pero es algo que afecta a todos los equipos. Tras un parón intentas aprovechar para recuperar a la gente y hacer algo más de físico. Había que adaptarse a eso y sacar el máximo rendimiento”.
¿La falta de partidos en pretemporada también se notó?
“Eso lo notamos sobre todo en el primer partido. No sabíamos nuestro nivel respecto al resto. No teníamos las piezas encajadas. Nos costó entrar en dinámica. La insularidad se paga. Todo esto teniendo en cuenta que armamos un equipo con lo que ya teníamos en Segunda salvo Biel, que fue nuestra única incorporación. Palma, que fue el otro equipo que subió, se reforzó más. Nosotros le hemos sacado todo el jugo a la plantilla”.