ESTRASBURGO (FRANCIA), 24 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, ha pedido a los países amenazados por el contagio de las crisis de deuda griega e irlandesa, como España y Portugal, que apliquen estrictamente sus planes de austeridad para evitar las mismas dificultades.
“Estamos abordando un mercado financiero global muy delicado y algunos de los comentarios pueden ser perniciosos. No se trata de empezar a especular sobre países que puedan estar en riesgo, lo que tenemos que pedir a estos países es que apliquen todas las medidas necesarias para lograr una estabilidad financiera y presupuestaria”, ha dicho ante el pleno del Parlamento Europeo.
Barroso ha contestado así a varios eurodiputados que han expresado su temor a que se produzca un contagio a España y Portugal y han dudado del fondo de rescate que los 27 quieren hacer permanente. “No voy a especular sobre planes B”, ha insistido Barroso.
El jefe del Ejecutivo comunitario y el presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, han defendido en sus discursos la eficacia de la “solidaridad” europea y que la intervención en Irlanda frenará el contagio en la zona euro. Y han argumentado que la ayuda que se prepara para Irlanda devolverá a este país “a la senda del crecimiento”.
Tampoco Van Rompuy no ha querido ahondar en el riesgo para otros países y ha pedido a los críticos con la gestión de la UE y de sus Estados miembros que “no se equivoquen de enemigo”. “Si algunos dicen que hay movimiento de contagio, no es sobre una base económica ni se fundamenta sobre base racional”, ha replicado el presidente del Consejo.
En su primera intervención en el debate, Van Rompuy ha subrayado que el rescate a Irlanda estará sujeto a un “fuerte” plan de ajuste que se va a negociar con las autoridades irlandesas y ha señalado los “fuertes cimientos” de la economía irlandesa para augurar una “vuelta al crecimiento robusto y sostenible”.
De manera similar se ha expresado Barroso, quien ha dicho que “esta intervención debería devolver la economía irlandesa a la senda del crecimiento sostenible, sobre la base de su fortaleza”.
Aunque también ha asegurado que el mecanismo permanente para la resolución de crisis en la eurozona es “una pieza esencial del rompecabezas” y ha querido “dejar claro” que “se decida lo que se decida” sobre el papel del sector privado en este fondo, no se aplicará “hasta después de 2013”.
En el curso del debate en la Eurocámara, muchos eurodiputados han advertido del riesgo de contagio a otros Estados miembros y varios han mencionado explícitamente los nombres de España y Portugal como los países que ser los siguientes en necesitar ayuda tras Irlanda.
La eurodiputada de los Verdes Rebeca Harms ha pedido medidas fiscales estrictas para hacer frente al “riesgo” con respecto a los países de la Península Ibérica y el euroescéptico Nigel Farage ha arremetido contra el “dumping fiscal” de Irlanda para después augurar que “detrás vendrá España, necesitará un plan siete veces mayor que Irlanda y no quedará más dinero para nuevos rescates”.
Otros como el líder del Partido Popular Europeo (PPE), Joseph Daul, ha arremetido contra Dublín porque a su juicio la crisis actual se debe “no sólo a sus bancos, sino a su política fiscal desde hace años”, si bien ha precisado que se alegra de que Irlanda se vaya a beneficiar ahora de la solidaridad de sus vecinos. El jede de los liberales europeos, Guy Verhofstadt, ha suscrito las palabras de Daul sobre el caso irlandés.
Por su parte, el líder socialista en la Eurocámara, el alemán Martin Schulz, ha preguntado “cómo es posible” que los bancos irlandeses hayan superado las recientes pruebas de estrés a las que se sometieron a las principales entidades de la UE. “Señor Barroso, ¿nos lo puede explicar?”, ha insistido con indignación.