BRUSELAS, 14 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea aprobó este lunes el plan de eliminación de activos tóxicos y de reestructuración del banco británico Royal Bank of Scotland tras forzarle a reducir su tamaño mediante la venta de parte de sus activos. Con esta medida, Bruselas quiere compensar las distorsiones de competencia creadas por las cuantiosas ayudas públicas que ha recibido este banco para salvarlo de la quiebra.
Royal Bank of Scotland, uno de los mayores grupos europeos de servicios financieros, resultó gravemente perjudicado por la crisis financiera y ha recibido ayudas públicas de entre 60.000 y 100.000 millones de libras (entre 67.000 y 111.000 millones de euros) para poder sobrevivir, según explicó el portavoz de Competencia, Jonathan Todd. “Es la mayor cantidad de ayuda pública que ha recibido nunca una empresa en la historia de la UE”, resaltó el portavoz.
El Ejecutivo comunitario aprobó estas ayudas públicas concedidas por Reino Unido porque van acompañadas de un plan de reestructuración que garantiza la supervivencia a largo plazo del banco sin necesidad de nuevas ayudas, prevé una participación adecuada de la entidad en los costes de la reestructuración e incluye una serie de salvaguardas para limitar las distorsiones de competencia, especialmente la reducción del tamaño de la banca.
En particular, Royal Bank of Scotland se desprenderá de sus actividades de banca corporativa y de banca especializada en pymes, que representan el 5% del mercado británico para estas actividades. También venderá sus divisiones de seguros, gestión de transacciones y operaciones con materias primas.
El Ejecutivo comunitario destacó además que la cantidad de la ayuda recibida por RBS se ha visto reducida porque el banco está asumiendo una mayor cuota de responsabilidad en las posibles pérdidas que generen sus activos tóxicos.