La Confederación Canaria de Empresarios (CCE) insistió este miércoles en reclamar una contención de los futuros incrementos salariales a pactar en las islas como forma de “atemperar” los efectos del alza de la inflación registrada este año, que afirma se volvería estructural en caso contrario.
Las subidas de sueldo “deberían ajustarse más a la inflación prevista y estimada en un escenario de estabilidad a largo plazo que a las distorsiones últimas derivadas de shocks externos a nuestra economía, y que podrían costar en torno a los 100 millones de euros en concepto de incremento del coste salarial”, afirma al respecto la patronal en su último informe mensual de coyuntura, publicado este miércoles.
En su apartado de conclusiones, y tras detallar la evolución de los indicadores económicos del Archipiélago hasta octubre, la organización de empresarios de Las Palmas subraya que “transcurridos tan sólo diez meses del año, la inflación acumulada en Canarias supera ya, en 6 décimas de punto, la previsión de inflación del Gobierno autónomo para el ejercicio 2007”.
“Y resulta obvio, dado el carácter inflacionista de los meses venideros, que el dato final de inflación al cierre de año pueda superar el 3% en Canarias, lo que implica un crecimiento de más de un punto porcentual respecto del dato de 2006”, apostilla.
Matiza, en cualquier caso, que, “hasta el momento, los focos inflacionistas se localizan en los componentes más volátiles de cuantos componen la cesta de consumo, como son los alimentos no elaborados y los carburantes, en respuesta a los shocks externos que han afectado a los mercados internacionales de estos productos, como es el caso del petróleo”.
Ante el panorama que describe, la CCE advierte de que, “ciertamente, si bien en el corto plazo la incidencia de este nivel de inflación podría afectar a las decisiones de consumo de familias y empresas, en el largo plazo su repercusión está condicionada, entre otras causas, a su traslación a los costes laborales de las empresas”.
Y es que, según argumenta la patronal, “esta inflación repercutirá sobre el crecimiento de la economía, pero su impacto final sobre las variables reales podría atemperarse en la medida en que consigamos evitar que adquiera un carácter estructural y condicione con ello los éxitos logrados en materia competitividad y productividad de nuestras empresas”.
“A este respecto -concreta- juegan un papel primordial los futuros incrementos salariales que deben pactarse para los próximos ejercicios, que a nuestro juicio deberían ajustarse más la inflación prevista y estimada en un escenario de estabilidad a largo plazo, que en las distorsiones últimas derivadas de 'shocks' externos a nuestra economía”.
La confederación expresa dichas opiniones en un informe de coyuntura en el que, si bien reconoce y subraya la existencia de “últimas turbulencias” económicas en los mercados internacionales que han repercutido también negativamente en Canarias y en todo el país, considera que, “no obstante, la economía española aún muestra signos de robustez que alejan cualquier temor de recesión en el corto y medio plazo”.