La Zona Especial Canaria (ZEC) registró en 2008 unos resultados “satisfactorios” a pesar de la tendencia económica “claramente negativa”, y al acabar el año duplicó el empleo creado y multiplicó por seis las inversiones de las empresas inscritas, con un total de 177.965.053 euros.
Estos son parte de los datos referentes a 2008 que facilitó este jueves el presidente de la ZEC, Juan Alberto Martín, quien dijo en rueda de prensa que estos resultados “francamente satisfactorios” se deben al “excelente” trabajo de los técnicos del consorcio y a que se han redoblado los esfuerzos de colaboración con otras entidades.
En concreto, el número de empresas inscritas en la ZEC asciende a 70, con 649 puestos de trabajo, de las que diecinueve se dedican al sector industrial, 43 a servicios y ocho al comercio.
Juan Alberto Martín subrayó que a pesar del contexto económico “difícil”, con un retroceso “enorme” en la creación de empresas -un 25% menos que en años anteriores- la ZEC ha logrado “un cierto grado de eficacia y ha dado pasitos por la diversificación económica” en el archipiélago.
Precisó que hay sectores “agotados”, como la construcción hotelera, y la ZEC demuestra que hay actividades tecnológicamente avanzadas “donde hay campo para trabajar”.
Detalló que además en 2008 se han autorizado 104 nuevos proyectos, el número más alto en la historia de este instrumento fiscal, y la cifra de empleos propuesta casi duplica a la de 2007, con 1.131 puestos de trabajo.
Sin embargo la cifra de inversión autorizada disminuye respecto a 2007, y se sitúa en 209.121.798 euros, lo que Juan Alberto Martín atribuyó a que gran parte del capital que se había propuesto en 2007 se inscribió de forma efectiva el año pasado.
Recordó el presidente de la ZEC que entre los proyectos autorizados e inscritos “hay muchos que se quedan en el camino”, pues en la primera etapa del consorcio se materializaban un 40 o 50% de las empresas y ahora lo efectúa el 70%, lo que en su opinión se debe a que cada año las propuestas son “más maduras y potentes”.
Destacó también que algo más de la mitad del capital inscrito en la ZEC es de procedencia externa, de inversores de la Península o de otros países, en su mayor parte Alemania.
El 16% del capital ha sido captado en el país de origen y Juan Alberto Martín afirmó que uno de los objetivos de la ZEC era captar inversión exterior y también local, por lo que se demuestra que este instrumento es válido para ello.
El vicepresidente de la ZEC, Juan Pérez, confió en que para 2009 se pueda lograr el objetivo de llegar a las 140 entidades autorizadas y señaló que pasar del centenar, como ocurrió el año pasado, ha supuesto alcanzar “una cifra mágica”.
Recordó que la ZEC “compite” con otros instrumentos del Régimen Económico y Fiscal como la reserva de inversiones pero ante “las dificultades” de estas herramientas, ofrece la ventaja de que ha logrado su prórroga hasta 2019, por lo que consideró que empieza a adquirir “más potencia” frente a la “debilidad” de otros incentivos.
Añadió que se ha intentado confundir a la ZEC “con un paraíso fiscal”, lo que no es cierto porque las empresas inscritas en su registro de entidades pagan el impuesto de sociedades, sólo que de forma reducida.
Al respecto, Juan Alberto Martín detalló que se ha iniciado un estudio “exhaustivo” sobre la historia de las empresas que operan en la ZEC y avanzó que la media es “más sólida de lo habitual, con mayor musculatura económica”, aunque también es cierto que “algunas han caído”.
En cuanto a los resultados de la ZEC en las islas no capitalinas, Martín señaló que “se nota más la crisis en los últimos meses” y se advierte “un cierto retroceso”, especialmente en Lanzarote y Fuerteventura debido al problema en el sector turístico.
Detalló Juan Pérez que en estas islas se han inscrito seis proyectos más y en las de Santa Cruz de Tenerife, once.
A juicio del presidente de la ZEC, hay una dificultad “objetiva” por parte de los inversores para acceder a créditos y también se percibe un aumento “del conservadurismo” en el que también incide “el factor psicológico”, puesto que ahora se tarda más en tomar las decisiones, lo que dificulta el trabajo de este instrumento fiscal.