La economía española registró una tasa de variación intertrimestral nula durante el tercer trimestre del año, frente al avance del 0,2% del trimestre anterior, y creció un 0,8% en tasa interanual, igual que en el trimestre precedente, según el avance trimestral de Contabilidad Nacional, con la nueva base 2008, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La nueva base de las cuentas nacionales ha modificado ligeramente algunos de los datos del PIB que se difundieron en su día, generalmente al alza. Uno de esos cambios ha sido la tasa interanual del segundo trimestre de este año, que ha pasado del 0,7% publicado inicialmente al 0,8%.
De acuerdo con este avance de datos, el PIB español desaceleró dos décimas su crecimiento en el tercer trimestre del año y mantuvo intacta la tasa interanual, al registrar la misma que en el segundo trimestre. Según el organismo estadístico, el tercer trimestre estuvo marcado de nuevo por una “elevada aportación” de la demanda externa al crecimiento, que se vio parcialmente compensada por la contribución negativa de la demanda nacional.
El estancamiento del PIB en el tercer trimestre se produce después de seis trimestres consecutivos de crecimiento económico, mientras que en tasa interanual el PIB acumula ya cinco trimestres en positivo. En el tercer trimestre de 2010, el PIB español avanzó un 0,1% en tasa intertrimestral y un 0,4% tasa interanual, según los cálculos del INE con la nueva base de 2008.
Al igual que está sucediendo en las demás economías de la zona euro, el crecimiento español se está ralentizando y así lo ha hecho notar la Comisión Europea, que ha recortado la previsión de crecimiento para España hasta el 0,7% del PIB tanto en 2011 como en 2012 (frente al 0,8% y el 1,5% que había previsto en primavera) debido al impacto de la crisis de deuda, la desaceleración de la economía mundial, los ajustes en el sector público y el proceso de desendeudamiento de familias y empresas.
El Ejecutivo comunitario pronostica que la economía española volverá a caer (-0,1%) durante el último trimestre de este año y se mantendrá prácticamente estancada en los primeros meses de 2012. El ritmo de crecimiento se acelerará a partir de 2013, año para el que Bruselas prevé un avance del 1,4%.
El parón económico afectará a todos los grandes Estados miembros de la UE, no sólo a España. Así, según Bruselas, el crecimiento en Alemania se desacelerará desde el 2,9% este año hasta el 0,8%; Francia pasará del 1,6% al 0,6%; Italia se mantendrá estancada con un progreso de apenas el 0,5% este año y el 0,1% en 2012; y Reino Unido apenas avanzará un 0,7% este año y un 0,6% el que viene.
Los datos del PIB español avanzados por el INE para el tercer trimestre de este año coinciden prácticamente con los estimados por el Banco de España que, en su último Boletín Económico, apuntaba a un crecimiento nulo entre julio y septiembre y un avance del 0,7% interanual, si bien precisaba que la nueva base de la Contabilidad Nacional podría modificar estas previsiones, como así ha sido finalmente en el caso de la tasa interanual.
Debilitamiento
El Banco de España destacaba en su boletín que la economía española continuó “debilitándose” en el tercer trimestre del año, en un entorno marcado por el “agravamiento” de la crisis de deuda soberana de la zona euro.
De acuerdo con las estimaciones del Banco de España, la demanda interna habría experimentado un nuevo retroceso en el tercer trimestre, con una aportación negativa del 0,8%, reflejando la contracción de los componentes públicos del gasto y la trayectoria todavía descendente de la inversión residencial, mientras que el consumo de los hogares y la inversión empresarial mostraron pequeños avances.
En cambio, la demanda exterior neta se mantuvo como principal soporte de la economía y amplió su contribución al crecimiento del PIB, hasta el 0,8%, debido al dinamismo de las exportaciones de bienes y del turismo, si bien las perspectivas para el último tramo del año han empeorado, dice el Banco de España, por la desaceleración de la economía mundial.
En concreto, indica que las decisiones de gasto de las familias mostraron en conjunto un “tono de debilidad”, y estima que el consumo de los hogares habría experimentado un pequeño repunte en tasa intertrimestral (del 0,1%), en un entorno marcado por la desfavorable evolución del mercado laboral, la acusada incertidumbre, la pérdida de poder adquisitivo por la elevada tasa de inflación y la caída del valor de la riqueza, tanto del componente financiero como del inmobiliario.
Según el Banco de España, la inversión residencial, por su parte, se contrajo a una magnitud similar a la del trimestre previo en términos de tasa intertrimestral, con lo que la ratio de inversión residencial sobre el PIB se habría reducido en torno a cinco puntos porcentuales desde su nivel máximo de 2007. Además, la demanda de activos residenciales siguió mostrando una senda descendente.