La misma razón que tumbó el acuerdo de pesca europeo con Marruecos no ha servido en esta ocasión para evitar la ratificación por parte del Parlamento Europeo del convenio con el reino alauí para la importación de tomates. El 40% de los tomates que traspasan las fronteras europeas desde el país vecino provienen de explotaciones en el Sáhara Occidental, según ha destacado el portavoz de la patronal agrícola canaria Fedex. Una producción que engrosa los contingentes marroquíes sin repercutir en la población local, como pusieron de manifiesto algunos europarlamentarios durante la votación.
El pasado diciembre el Parlamento europeo votó en contra de la prórroga del acuerdo de pesca con Marruecos, del que ahora se negocia un nuevo texto, porque no incluía medidas para asegurar el impacto de la actividad pesquera en la población saharahui, pese a que parte de los caladeros se encuentran en aguas de la región autónoma sobre la que la ONU no reconoce la soberanía marroquí. Los más afectados por el “no” a la prórroga fueron los pescadores españoles, que sumaban 100 de las 119 licencias de pesca europeas, y entre ellos, los andaluces y canarios.
Ese argumento no ha servido esta vez para echar atrás un covenio de exportación que, en palabras de Demetrio Suárez, ex consejero de Agricultura del Cabildo grancanario y actual director general de Infraestructura Educativa del Gobierno regional, “es un verdadero desastre para la agricultura canaria”. La excusa para ratificar el acuerdo, no obstante, ha sido también política: dar el espaldarazo a la explosión democrática que ha supuesto la primavera árabe que arrancó en el Magreb y evitar que la situación de Túnez, por ejemplo, se extienda a Marruecos.
“Se ha tratado de vender la primavera árabe y se ha pretendido dar un mensaje de que el norte de África no podía recibir un 'no' porque sería dar la espalda a esas aventuras democráticas”, ha apuntado Goiriz.
En declaraciones realizadas en el programa Tiempos Modernos, de CANARIAS AHORA RADIO, Goiriz ha criticado que las grandes beneficiarias serán las multinacionales, especialmente las empresas agrícolas francesas que controlan parte de la producción de tomates en Marruecos. Según el portavoz de los empresarios del campo canario, no se puede argumentar a favor de los trabajadores marroquíes, ya que su salario apenas alcanza los 0,61 euros a la hora.
Medidas compensatorias
Para Goiriz este acuerdo deja herida “de muerte” la agricultura en las islas, ya que “el sector agrícola canario no puede competir en las condiciones en que produce Marruecos”, ha apuntado.
No hay apenas voces en las islas que vean con buenos ojos la decisión de Bruselas. El presidente del grupo parlamentario socialista en el Parlamento regional, Manuel Marcos Pérez ha comentado que, en el PSC, la mirada es de “enorme preocupación”. “Es un sector clave y estratégico ya que es una agricultura de exportación”, ha explicado. Más del 80% de los productos hortofrutícolas exportados desde el archipiélago corresponde al tomate. Solo en la temporada 2010-2011 se vendieron más de 80.000 toneladas a Europa (principalmente a Reino Unido) y al extranjero, según datos de la Fedex.
Marcos Pérez ha destacado que esta medida supone una contradicción con la política europea, ya que “la UE aprobó esa estrategia (de impulso), incluso aprobó ayudas de Estado para relanzar el cultivo (en las islas)”. Por esta razón, ha reivindicado “medidas compensatorias” para los agricultores: “No podemos estar defendiendo los sectores productivos en las regiones ultraperiféricas y luego aprobar algo que es lesivo”.
A esta exigencia se une el portavoz de los exportadores, ya que, ante el nuevo acuerdo “no hay empresa agrícola que invierta para tener unas ventas que no le cubren”. “Tienen que arbitrarse medidas compensatorias, si no el tomate se va a quedar como un recuerdo en la foto”, ha dicho.
Faltan controles
“El problema”, ha apuntado Marcos Pérez, “es que no se establezcan los controles adecuados”. El portavoz parlamentario ha insistido en que Marruecos “ha estado saltándose las barreras de contingentes” y ha destacado que “no hay controles fitosanitarios” en las aduanas para asegurar que los productos que cruzan la frontera cumplan con las directrices europeas.
Goiriz coincide. “Se ha firmado un acuerdo sin tener en cuenta las denuncias del Gobierno español sobre los excedentes de los contingentes”, ha dicho. Solo la pasada campaña, Marruecos exportó más a la Unión de lo que contempla el nuevo acuerdo, eludiendo las cuotas impuestas por Bruselas. “El tema es de controles en la Unión Europea”, ha dicho, “no de contingentes”.