BRUSELAS, 26 (EUROPA PRESS)
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea tratarán de pactar este viernes los objetivos del nuevo plan de reformas económicas de la UE de aquí a 2020, que debe sustituir a la fallida estrategia de Lisboa.
La nueva estrategia busca recuperar un crecimiento anual del 2% del PIB tras el desplome provocado por la crisis económica y financiera.
Pero de momento no hay acuerdo entre los líderes europeos sobre los cinco objetivos económicos que ha propuesto Bruselas para los próximos 10 años, según fuentes diplomáticas. En primer lugar, la Comisión pide aumentar la tasa de empleo de la población entre 20 y 64 años del actual 69% al 75% en 2020. También aboga por incrementar el nivel de inversión en I+D hasta el 3% del PIB.
El Ejecutivo comunitario quiere además incluir en la estrategia económica los objetivos ya acordados de lucha contra el cambio climático: reducción de las emisiones del 20%, ahorro energético del 20% y cuota de renovables del 20%. El cuarto objetivo que propone Bruselas tiene que ver con la educación y consiste en reducir la tasa de abandono escolar del 15% de media actual (en España el doble) a menos del 10% de aquí a 2020, y en aumentar la cuota de población entre 30 y 34 años que ha completado la educación terciaria (tanto la universitaria como la no universitaria) del 31% al 40%.
El indicador más novedoso que crea la Comisión tiene que ver con la pobreza. El Ejecutivo comunitario quiere que en los próximos años el número de personas que viven en la UE por debajo del umbral de la pobreza se reduzca en 20 millones, un 25% del total actual.
La mayor parte de las delegaciones cuestionan este objetivo de pobreza, porque consideran que es muy difícil de cuantificar. El otro indicador que crea mayor polémica es el de la educación, ya que algunos países federales como Alemania alegan que las competencias están repartidas entre diferentes niveles de la administración y piden más tiempo para debatirlo. Otros Gobiernos como el británico consideran que ninguno de los objetivos recoge las reformas necesarias para mejorar la competitividad y reclaman un indicador específico en esta materia.
Los líderes europeos tratarán de alcanzar un acuerdo sobre estos objetivos, que de aquí a junio deberán convertirse en metas nacionales teniendo en cuenta la especificidad de cada país y cuyo cumplimiento será supervisado por Bruselas.
Pese a que el fracaso de Lisboa se atribuye a la falta de mecanismos para forzar su cumplimiento, los 27 tampoco aprobarán sanciones para los países que no respeten los objetivos económicos, tal y como había sugerido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
No obstante, sí que se reforzarán los mecanismos de cooperación económica entre los Estados miembros. Para ello, Bruselas enviará recomendaciones a los países incumplidores e incluso advertencias políticas para que modifiquen su política económica como se ha hecho recientemente con Grecia.