Seguro que más de una vez se habrá preguntado ¿cómo se las apañan los chatarreros para sacarle partido a toda esa basura que recogen por la calle? Parece imposible rentabilizar los restos oxidados de la lavadora heredada de la abuela, pero ellos tienen el entramado que les permite obtener unos ingresos insospechados. Salvando las distancias, el negocio no es muy distinto de lo que ocurre en España en el sector financiero. La crisis ha cargado los balances de la banca de un exceso de inmuebles e hipotecas impagadas, los conocidos como activos tóxicos. Sin embargo, un nutrido grupo de fondos especializados, a los que por su forma de actuar se les llama fondos buitres, que están comprando con avidez esta basura financiera con el objetivo de obtener, como mínimo, una rentabilidad del 15% anual.
Pero, ¿Cómo son capaces de hacer negocio con algo que, en teoría, no vale nada? ¿Por qué los bancos venden ahora y no lo hicieron al comienzo de la crisis?
“Los fondos buitres compran por debajo del precio de mercado, por eso sus posibilidades de obtener beneficios son mayores. Además, son expertos eficientes en la gestión de créditos fallidos, gestión de inmuebles, algo que no ocurre con los bancos”, explica, Jorge Almagro, director comercial de la consultora inmobiliaria Jones Lang Lasalle.
Ser más eficiente, significa que su único objetivo es negociar con los propietarios de los préstamos para conseguir que paguen aunque sea una parte. Es decir, si han comprado como impagada la hipoteca de Juan, con conseguir que éste pague, aunque sólo sea, un 25%, ya les produce beneficios. De cara al propietario de los préstamos, eso significa que en lugar de enfrentarse a negociar con el banco de toda la vida, tendrá que hacer frente al poderío de estos fondos buitres. Suena fatal, aunque “a veces es una solución mejor de lo que parece”, asegura Mikel Echavarren, consejero delegado de la asesoría financiera Irea. Según su experiencia, los fondos buitre son menos reacios que los bancos a aceptar la dación en pago como método para saldar la deuda. Ya que, a diferencia de los bancos, estos fondos sí saben cómo vender luego la vivienda para rentabilizarla. “Su objetivo es conseguir una rentabilidad del 15% anual. Así que aplican todas sus artes conseguir el dinero o el inmueble lo antes posible y en el segundo caso venderlo también lo antes posible”, explica Echavarren. Eso sí, cuando se trata de préstamos al consumo, sus métodos de presión convierten al cobrador del frac en una visita de los niños en Halloween.
Pero, si estos gestores internacionales pueden conseguir ese 15%, ¿por qué el banco español no? “Simplemente porque no es su negocio.”, apunta Almagro. En el ADN del banco no está el hacerse cargo del ingente volumen de viviendas que han llegado a sus balances con la crisis. “Vender viviendas no es lo que mejor sabe hacer un banco, para eso hay otros profesionales. Además, mantener esos inmuebles les genera muchos gastos (impuestos, mantenimiento), han tenido que crear divisiones específicas para gestionarlos o contratar servicios externos para hacerlo”, explica este experto en gestión inmobiliaria. Es como si el que quiere vender la lavadora vieja se va en busca de un mayorista de la chatarra para sacarse un dinero. Podrá conseguirlo, pero seguro que le cuesta mucho más que al chatarrero. Ahora a los bancos ya no les merece la pena ese esfuerzo.
Hasta el año pasado, las entidades financieras lo intentaban, porque venderlos suponía aceptar una pérdida y no querían manchar sus libros de cuentas. La valoración con la que trabajaba la banca eran los precios de antes de la crisis, y cuando escuchaban las ofertas de los fondos buitre, que llevan oteando el mercado español desde 2007, más de un banquero se levantó de la mesa ante lo que consideraba un insulto. “En España siempre hubo muchas reticencias para vender al descuento. Aquí domina la cultura del aguantar a ver si pasa el chaparrón”, asegura Paz Ambrosy, directora de Global Institutional Investors.
Pero el chaparrón se convirtió en huracán y la banca española tuvo que ser rescatada por Europa. Fue entonces cuando cambió el guión. El ministro de Economía, Luis De Guindos, aprobó varios decretos, dictados por Bruselas, que exigían a la banca provisiones por suelo, promociones inmobiliarias y créditos que en algunos casos superaban con creces el 50% del valor, e incluso daban por perdidos préstamos que sus propietarios ni siquiera habían dejado de pagar.
Esto, junto con las necesidades de negociación del banco malo (Sareb), ha servido como alfombra roja para el desfile de los fondos buitre. Las carteras de créditos, los inmuebles heredados de las promociones fallidas... todo eso pasó a la cuentas de pérdidas. Así, si tenían que dar por fallido un crédito aunque todavía no lo fuera, por poco que pagara un fondo buitre por ello, para el banco ya era una ganancia. “Eso es lo que ha disparado las operaciones con fondos oportunistas”, asegura Echavarren.
Además, el contexto económico también acompaña. “ Ahora se ha perdido el miedo a que el euro se rompa y se han hecho algunas reformas. El riesgo España, ya sí compensa”, explica Paz Ambrosy. Esta asesora de los grandes fondos internacionales asegura que las oportunidades estaban localizadas desde el principio de la crisis, pero ahora se cierran más operaciones (ver apoyo) porque una vez se abierta la veda, es más fácil unirse a la ola. “Ya nadie se tiene que pegar con el jefe de Londres para hacerle ver la oportunidad de compra en España”, explica Paz Ambrosy.
A ello hay que sumarle que hay mucho dinero en circulación por el mundo y no demasiados destinos en los que sacarle partido. Las bolsas de EEUU y algunas europeas están en máximos históricos. Las economías de los países emergentes, que tantos capitales habían atraído en los años de la crisis, muestran síntomas de inestabilidad, y entre los países europeos con problemas (Grecia, Irlanda, Portugal y España), el nuestro es el que ofrece la mejor rentabilidad riesgo.
El rescate de la banca española ha puesto en bandeja la entrada de los fondos buitre en España. Después de años de otear y presionar a las entidades financieras para que vendieran a precios de derribo sus suelos, promociones inmobiliarias y carteras de préstamos, la veda de cerrar operaciones está abierta y cada día son más los fondos que se suman.
Los que más tiempo llevan buscando negocio son los grandes jugadores internacionales del sector. Apollo, norteamericanos especializados en gestión de carteras de créditos, además de inmobiliaria. Llevan desde 2008 negociando con la banca. Pero han esperado hasta septiembre 2013 para cerrar una operación. Compraron a Bankia su filial de créditos al consumo en comercios y concesionarios de automóviles, Finanmadrid por 1,6 millones de euros y su división inmobiliaria se ha hecho con el negocio inmobiliario de Catalunya Banc.
Otro de los grandes es Cerberus. El fondo del que es socio el hijo de Aznar es uno de los mejor posicionados en España. Ya en 2011 compró 96 oficinas a Bankia por 96 millones de euros. En septiembre de 2013 vuelve a hacer negocio con el banco nacionalizado al adquirir la cesión de su negocio inmobiliario para los próximos 10 años.
El gigante mundial, de origen estadounidense, Blackstone amplió en febrero su equipo en España. Según explicó su Joan Solotar, su directora general a la prensa de su país, de españa les interesa todo: hoteles, viviendas, oficinas... Su última operación conocida fue en junio pasado cuando compró de 1.800 viviendas de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS) de Madrid por el 40% de su valor, eso sí asumiendo la deuda.
H.I.G. Capital ha destacado por ser el primero en morder el suculento pastel del banco malo español, Sareb. La operación se dió a conocer el pasado mes de agosto. El fondo cuya cabeza visible en España es el financiero Jaime Bergel, ex Goldman Sachs, se hizo con una cartera de inmuebles denominada Toro y valorada en 100 millones de euros. Otro de los que han tenido el gusto de negociar con Sareb ha sido la firma Burlington loan, propiedad del fondo de capital riesgo Davidson Kempner quienes, también en agosto, adquirieron un paquete de préstamos de Inmobiliaria Colonial.
Las lista de fondos buitres es tan alargada como la sombra de estas del ave que les da nombre. Centerbridge, Lone Stat, KKR, Oak tree, Lindoff, Colony, Aktiv Capital, Oko Investment... son sólo algunos más de los están destinados a convertirse en los nuevos dueños de España.