El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria espera ahorrar 80.000 euros con la implantación de dispositivos de reducción de consumo de agua en los 75 colegios de la ciudad, según informó este lunes la concejal de Gobierno del Área de Fomento y Servicios Públicos y III teniente de Alcalde, Nardy Barrios.
Actualmente, indicó, los colegios gastan 119 millones de litros de agua. Con el Plan de Ahorro de Agua del Ayuntamiento, se espera reducir ese consumo en un 30%, más de 35 millones de litros, lo que equivale a 12 piscinas olímpicas.
Los dispositivos son 100% antical, irrompibles, y favorecen la no aparición de la legionella. Se utilizarán tres tipos: para el inodoro, par la ducha y para los grifos. En ellos se han invertido 23.148 euros, una cantidad que estará recuperada en tres o cuatro meses, destacó Barrios, dado el ahorro que se espera, ya que el pasado año 2007, el Ayuntamiento pagó 303.000 euros por el consumo de agua en los colegios.
Con este Plan, resaltó, se persiguen tres objetivos: una labor ejemplarizante por parte del Ayuntamiento, un ahorro económico importante para las arcas municipales, y una labor pedagógica al poder comprobar los niños que el agua que sale con estos dispositivos es exactamente igual que antes.
Así, el mes próximo se iniciará la implantación de los aparatos en los colegios, algunos de los cuales van a necesitar el cambio de las llaves de agua dada su antigüedad. La idea es extender estos sistemas de ahorro a otros edificios municipales, en especial, todos aquellos que cuenten con oficinas y servicios al ciudadano.
Plan de obras
Esta implantación se llevará a cabo dentro del plan de obras en los colegios iniciado por el Ayuntamiento este mes de febrero con un “cambio de planificación”.
Según explicó Barrios, se han valorado los diez colegios más necesitados. En ellos se introduce todo el equipo de trabajo, que se pone a disposición del director del centro para arreglar todas las necesidades del edificio. Sólo una vez culminado el trabajo, se pasa al siguiente colegio.
Se calcula que el equipo estará un mes en cada colegio, con lo que se espera que en siete meses se puedan solventar todas las necesidades de los centros escolares sin tener que esperar al verano, ya que se aprovecharán las tardes para hacer los arreglos sin niños, “siempre planificando con los directores”.