MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El presidente de CEOE, Juan Rosell, ha confiado en que el plan de ajuste aprobado por Portugal para recibir la ayuda financiera de la UE y el FMI sirva para “estabilizar” el entrono de la Unión Monetaria, al tiempo que ha subrayado la necesidad de defender al euro frente a la presión de los mercados.
“Son medidas duras y difíciles, pero estamos seguros de que, a medio plazo, servirán para llevar a la economía portuguesa a la recuperación y a la estabilidad macroeconómica en el entorno de la Unión Monetaria”, aseguró Rosell tras reunirse con el recién nombrado primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, en Lisboa.
Durante la reunión, ambos líderes resaltaron el “dinamismo” de la cooperación transfronteriza entre los países ibéricos, así como el hecho de que 1.500 empresas españolas operan localmente en la zona y casi 17.000 exportan a Portugal.
“El mercado ibérico es ya una realidad que debemos proteger, ampliar y desarrollar”, indicó Rosell, quien añadió que este mercado debe orientarse en el desarrollo de las infraestructuras, de la logística avanzada y de una cooperación tecnológica industrial hispano-portuguesa.
El objetivo es, según el presidente de CEOE, ser más competitivos internacionalmente, no solamente en los mercados europeos, sino también en terceros mercados, como Brasil, Angola y Marruecos.
Para Portugal, España es el primer cliente con un 26% de la exportación, y su primer proveedor, ya que un 25% de las importaciones portuguesas provienen de España, informó la patronal en un comunicado.
Portugal es a su vez el séptimo inversor en España. “Los empresarios portugueses y españoles necesitamos más mercado y más estrategia global que nos permita ser competitivos y gestores de proyectos tecnológicos a nivel internacional”, incidió el líder de los empresarios españoles.
INTERCAMBIO DE INFORMACIÓN FINANCIERA
En una encuentro posterior entre la CEOE y la Confederación de Empresarios Portugueses (CIP, por sus siglas en portugués), ambas organizaciones se comprometieron a intensificar las relaciones existentes incrementando el intercambio de información sobre la situación económica y financiera de los dos países.
Tanto Rosell como el presidente de la CIP, Antonio Saraiva, coincidieron en la necesidad de combatir “todas” las amenazas hacia la cohesión europea, con posiciones “concertadas” siempre que sea posible.