Lea aquí el auto del TSJC en su totalidad
Nueva tollina judicial, por Juan G. Luján
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) emitió este miércooles un auto por medio del cual mantiene la suspensión cautelar de la orden del Gobierno de Canarias que excluía del catálogo de especies amenazadas los sebadales afectados por la construcción del puerto de Granadilla.
Con este auto el Tribunal Superior de Justicia de Canarias desestima los recursos de súplica presentados por el Gobierno canario, la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife y la Compañía Transportista de Gas de Canarias, a los que condena al pago de los costes.
La sala estima que, frente al interés de la construcción del puerto de Granadilla y a las consecuencias socio económicas que se derivan de ello, argumentos empleados por los diversos organismos en el recurso de súplica, debe prevalecer el interés a la defensa del ecosistema ante el peligro de un daño irreversible, no sólo a la especie, sino al sebadal objeto de la descatalogación.
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias recoge en el auto que es ese peligro de daño irreversible, de consumarse, supondría un daño medioambiental de proporciones incalculables al fondo marino y en definitiva al ecosistema, , lo que justifica la decisión de la sala de mantener la suspensión cautelar de la orden de descatalogación.
La sala afirma que lo que hace la orden de descatalogación no es modificar la categoría de protección de la especie de Cymodocea nodosa, como apuntaban los informes técnicos del Servicio de Biodiversidad, sino que procede, directamente a la descatalogación de una especie amenazada.
“Los informes técnicos avalan el cambio de categoría pero no la descatalogación” agrega el Tribunal Superior de Justicia de Canarias en el auto.
Éste explica la existencia de más de trescientas alegaciones, con profusión de datos científico que alertaban del peligro de descatalogación de la especie en la zona de Granadilla, argumentos que la sala reconoce haber tenido en cuenta para examinar la posible irreversabilidad de los daños al ecosistema que se derivan de la orden.
Además, la sala reconoce el “intenso esfuerzo ” llevado a cabo por la agrupación ecologista Ben Magec para acreditar el peligro de la descatalogación de la especie.