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Identificados cuatro nuevos varietales de vides propias de Canarias y dos mutaciones de color

La especialista en genética de la vid Francesca Fort, profesora titular del Departamento de Bioquímica y Biotecnología (adscrito a la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona), impartirá este jueves, 27 de junio, una charla sobre las variedades de uva identificadas en Canarias, en la sede del Consejo Regulador de la DOP Ycoden, Daute e Isora (La Guancha, isla de Tenerife).

En esa exposición, Fort aportará los resultados de lo que será la última publicación realizada por el grupo de investigación de Tecnología Enológica del área de Biología de la Vid en aquella universidad catalana, que ha identificado cuatro nuevos varietales locales y dos nuevas mutaciones de color, que se suman a los 19 varietales y las tres mutaciones recogidos en otros estudios ya publicados.

Con esta charla, que se enmarca dentro de la programación del Campus del Vino de Canarias 2019, organizado por Ycoden, Daute e Isora, con la colaboración de la DOP Islas Canarias (Canary Wine), se pretende poner a disposición del sector todo el trabajo y el esfuerzo de estos años para que sirva como herramienta y seguir creciendo.

Para asistir a la charla, que se desarrollará desde las 17.00 hasta las 20.00, es necesario inscribirse llamando al teléfono 922 130 246 o enviando un correo electrónico a administracion@ycoden.com.

El proyecto del estudio de las variedades canarias se inicia a principios de los años 2000, cuando la mayor parte del sector, incluida la Administración pública, apostaba decididamente por la introducción de variedades foráneas como herramienta clave para conseguir una mejora sustancial de los vinos canarios.

La apuesta diferenciada de Bodegas Viñátigo

En esos momentos, Bodegas Viñátigo emprende el desarrollo de un proyecto diferente, subvencionado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), basado en la descripción ampelográfica de la variedades canarias.

Todo ello se realiza siguiendo las pautas de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y completándolo con estudios de fertilidad y tipificación de los mostos obtenidos, con el fin de ir definiendo para cada variedad la poda más adecuada y el potencial enológico de todas ellas.

Posteriormente, se realizaron varios estudios con la Universidad de Zaragoza, a través de proyectos financiados por el Programa de Cooperación Territorial Europea Interreg, en los que se caracterizaron aromáticamente todas las variedades, con el convencimiento de que el futuro estaba en la singularidad que dichas variedades podían proporcionar.

Fruto de todos estos trabajos y colaboraciones, surge el contacto con la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, en principio con el objetivo de profundizar en el conocimiento enológico. Sin embargo, este contacto acabó desembocando también en el inicio de la identificación por microsatélites del ADN de las variedades de Canarias.

La importancia de no tener filoxera

Según explica Francesca Fort, el grupo de investigación de Tecnología Enológica del área de Biología de la Vid de esa universidad utiliza, para conocer la composición de cada variedad, la técnica Simple Sequence Repeats (SSR), también llamada técnica de los microsatélites. Para examinar las variedades de Canarias, cuenta esta especialista, han tenido que crear un “método propio”, con el que analizar la madera de la planta y no órganos como las hojas, que en el trayecto desde Canarias hasta la Península pueden verse afectados.

Así, cuando reciben la muestra, trituran el órgano de la planta y extraen el ADN, cuyas dos cadenas muestran, una vez amplificadas, las conocidas como zonas microsatélites. En función de la variación de estos microsatélites, se obtiene un perfil varietal u otro.

En el contexto de este proyecto de reconocimiento de las variedades de uva de Canarias, se logra implicar al Instituto del Vino de Madeira, que realiza un muestreo de campo ante el interés sectorial de esta investigación de la DOP Ycoden, Daute e Isora y de la DOP Islas Canarias (Canary Wine).

La diversidad de varietales tiene su origen en la evolución histórica de la vid en Canarias. Según un artículo de Antonio Macías Hernández, profesor de la Universidad de La Laguna al que hace referencia Fort, las primeras vides llegaron al archipiélago de la mano de los religiosos, que utilizaban el vino para la eucaristía.

La primera puerta de entrada pudo ser Gran Canaria, donde los jesuitas introdujeron una variedad mallorquina conocida como Fogoneu. Pero no solo los religiosos trajeron vides a las islas. Los colonizadores llevaron distintas variedades de su región de origen a cada isla, lo que favoreció esa biodiversidad que se mantuvo gracias a la ausencia de filoxera, una plaga que sí afectó a la mayor parte de las variedades europeas en el siglo XIX.