Investigadores del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) estudian el uso de las tuneras para obtener antioxidantes y como producto de IV gama, el que se presenta mínimamente procesado y listo para consumir, entre otros usos.
El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, visitó este viernes las instalaciones del ICIA en Tenerife junto con la coordinadora de la investigación, Gloria Lobo, para conocer el desarrollo de esta iniciativa colaborativa en la que participan también el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Cabildo de Tenerife.
En el marco de este proyecto, financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, se realiza un trabajo de prospección, recolección y clasificación de material vegetal, para el que ha contactado con agricultores y Agencias de Extensión Agraria del Archipiélago, y que permitirá la identificación y conservación de diferentes variedades de tunera localizadas en las distintas islas mediante la creación de una colección.
Tras esta labor se efectuará una caracterización fisiológica y nutricional de las variedades autóctonas para posteriormente seleccionar aquellas más aptas para su comercialización como fruta precortada y fresca, lo que facilita su consumo, determinando cómo debe procesarse para que llegue al consumidor manteniendo unas adecuadas propiedades organolépticas, nutricionales e higiénico-sanitarias; y también establecer las más adecuadas como fuente de ingredientes beneficiosos para el organismo con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antidiabéticas, empleando para ello tecnologías innovadoras como ultrasonidos y altas presiones, dirigidas a mejorar la extracción de estas sustancias.
El consejero Narvay Quintero comentó que este estudio, permitirá conocer qué variedades tenemos en Canarias y cuáles tienen las mejores propiedades nutricionales y efectos beneficiosos para la salud, “ofreciendo a los agricultores nuevas oportunidades de negocio a través de la comercialización de este fruto como producto de fresco, pelado y cortado, ya listo para consumir, recuperando y poniendo el valor este cultivo”.
Por su parte, la investigadora Gloria Lobo explicó que de entre las variedades recolectadas se seleccionarán las más productivas para su procesado como IV gama, que facilita el consumo de esta fruta, y destacó que uno de los compuestos más importantes de sus frutos son los antioxidantes, que contribuyen a la prevención de enfermedades degenerativas, y las betalaínas, de interés porque ayudan a evitar la resistencia a la insulina, relacionada con procesos de obesidad y de diabetes de tipo 2.
El cultivo de la tunera en el Archipiélago fue introducido desde América y data del siglo XIX. Ha estado ligado al uso de sus palas ya que son hospedadoras de la cochinilla (Dactylopius coccus), un insecto del que se extrae un colorante de gran valor comercial.
La venta de sus frutos, los higos picos, chumbos o tunos, que forman parte de la gastronomía tradicional canaria, se incrementó en un 33% en la isla de Tenerife y en un 44% en Gran Canaria entre los años 2013 y 2014, según datos oficiales de MercaTenerife y MercaLasPalmas.
Además de para alimentación humana ésta se ha empleado tradicionalmente como alimento para el ganado.
La tunera, que además tiene otros muchos usos – la flor de sus frutos se utiliza para la elaboración de tisanas, de sus semillas se obtienen aceites de uso en la industria cosmética y farmacéutica, etc.- es un elemento característico del paisaje canario.
El desarrollo de este proyecto proporcionará información de gran utilidad para agricultores y comercializadores de frutos y derivados de la tunera, ya que aunque es un producto con un elevado arraigo en la cultura y gastronomía canaria, en los últimos años no se ha valorado en toda su magnitud, y ofrece nuevas oportunidades al vincular el cultivo a la industria agroalimentaria.
El procesado, en IV gama o en un futuro, para la elaboración de zumos o bebidas, además de la utilización de los subproductos para la extracción de compuestos saludables con capacidad preventiva y/o terapéutica definida, impulsarán aún más el consumo y la valorización de este producto.