La crisis del coronavirus ha agitado los cimientos de la sociedad canaria, disparando la población en paro, aunque sea de manera temporal, y agravando la ya precaria situación económica de muchas familias. Otro sector de la población que ha visto magnificados sus problemas de inestabilidad es el de los agricultores, en gran parte dependiente de la demanda de hoteles y restaurantes que cerraron durante el confinamiento. Como a menudo ocurre en situaciones adversas, el confinamiento requirió de soluciones innovadoras a través de la colaboración, y los agricultores, con el apoyo del Cabildo de Gran Canaria, encontraron salida a sus productos proveyendo a familias necesitadas y a ONG.
“Aquí hubo un problema gordo, porque se nos acumulaba el producto sin poder darle salida cuando estaban todos los hoteles y restaurantes cerrados”, explica Antonio Suárez, presidente de la cooperativa Cosecha Directa. La cooperativa cuenta con diez años de historia y aúna a 200 agricultores, aunque se ha abierto a productores externos durante estos meses de crisis. “Nosotros siempre buscamos la colaboración y la solidaridad. Está en nuestro ADN”, dice Suárez.
La Consejería de Soberanía Alimentaria del Cabildo de Gran Canaria colaboró con la cooperativa para paliar el impacto del parón turístico en el sector primario de la isla. Además de un canal de venta digital, la consejería compró los excedentes de producción para donarlos a organizaciones sociales como la Cruz Roja, que a menudo carecen de productos perecederos, e inició un proceso de distribución de alimentos frescos a las familias más necesitadas de la isla.
Cada diez días, las familias de los niños con cuota 0, que por su baja renta obtienen gratuitamente los servicios de comedor escolar, podrían recoger en los colegios de sus hijos una caja de productos frescos incluyendo papas, leche, quesos, huevos y frutas y verduras variadas. Esto complementaba la tarjeta monedero ofrecida por el Gobierno de Canarias para la compra de alimentos. Así se consiguió que los productores pudieran limitar su caída en ventas mientras se hacía más accesible el producto fresco local y de calidad para la población.
Cosecha Directa, junto a la empresa pública Gestión del Medio Rural de Canarias y otras cooperativas de la isla, recibía la mercancía, la organizaban y la distribuían por los colegios de los 21 municipios de Gran Canaria. Entre las cajas para las familias y la venta a las ONG, Cosecha Directa movió en torno a un millón de kilos de fruta y verdura mensuales durante el confinamiento y la desescalada.
Este jueves fue su última entrega del proyecto y ahora, con la paulatina reapertura de la economía, se ven obligados a reinventarse una vez más. “Volvemos a vender al por mayor, pero todo sigue muy parado y hay mucha incertidumbre”, dice Suárez. “¿Cómo puede el agricultor sembrar, esperando la cosecha en dos o tres meses, sin saber cuál va a ser la situación entonces?”, se pregunta.
Sin embargo, el presidente de la cooperativa confía en el potencial de crecimiento del sector primario canario. Asegura que el campo “ha demostrado capacidad de reacción” y que podría multiplicar su producción por dos o tres si la demanda lo apoyara. Para ello, pide que se refuerce la apuesta por la economía social en el archipiélago, no limitándose al precio a la hora de tomar decisiones, sino considerando su impacto en todos los niveles de la sociedad. Esto incluye tanto al comprador individual como a las instituciones al contratar los servicios de suministro de centros escolares, sanitarios o sociosanitarios. Pide que se busquen maneras de “dar cabida” al productor local que no puede competir con el gran intermediario que importa el producto de fuera a un precio muy por debajo de los costes del agricultor local.
Suárez pide que también se tomen medidas que, aunque menos visibles, pueden tener un gran impacto en el sector. Por ejemplo, que se divida en dos entregas el pago del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias para facilitar la organización de la producción, se avale a los agricultores para poder comprar semillas a precios más bajos y se cree un gran centro de distribución que una a los productores de la isla y abarate sus costes. Así, el presidente de Cosecha Directa confía en que Gran Canaria se pueda convertir en una isla más autosuficiente, sostenible, sana e igualitaria, coincidiendo con uno de los objetivos estratégicos marcados por el actual grupo de gobierno de la corporación insular.