Dos informes de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria alertan del riesgo de introducción de enfermedades en Canarias en caso de reabrirse la conexión marítima entre Puerto del Rosario y Tarfaya, en Marruecos, anunciada para este año por el Gobierno autonómico. El sector primario ha rechazado en pleno dicha línea por, entre otras cosas, la posible entrada de plagas perjudiciales para las producciones de las Islas. Y ahora sendos escritos de las direcciones generales de Agricultura y Ganadería les avalan.
En clave de sanidad animal, la conexión marítima mencionada, que ya estuvo operativa entre los años 2007 y 2008 hasta que un barco de Naviera Armas encalló a la salida de Tarfaya, implicaría un “riesgo real” de ingreso de enfermedades de “gran repercusión” epizoótica (alta contagiosidad y capacidad de dispersión) principalmente por la “dificultad de verificar” el posible tránsito ilegal de animales o sus productos en vehículos privados, la “imposibilidad de controlar vectores transmisores” en el propio barco o mercancías y, también, por los vehículos que “quedarían liberados [por la isla de Fuerteventura] diseminando posibles patologías”, según el documento de la Dirección General de Ganadería.
El texto, firmado por el jefe de Servicio de Sanidad Animal y Laboratorio, recuerda que Canarias es la comunidad autónoma que cuenta con “el mejor estatus en materia de sanidad ganadera del territorio nacional” gracias a “la aplicación de rigurosos controles desde las zonas de origen” que “permiten filtrar en primera instancia los fenómenos epidemiológicos adversos”. Este “excelente” estatus sanitario ha permitido al Archipiélago estar libre de varias infecciones, como la tuberculosis bovina o la viruela ovina y caprina, que han permitido “la aplicación de beneficiosos marcos normativos de enorme repercusión en la calidad y reconocimiento de la producción primaria del sector ganadero canario”.
Los censos de las diversas especies ganaderas en las Islas cifran en 275.000 la suma de caprinos y ovinos en 1.500 explotaciones. Tan solo en Fuerteventura hay 75.000 y 8.000 ejemplares, respectivamente. El aprovechamiento de los mismos “consigue unas producciones demandadas y reconocidas año tras año obteniendo numerosos galardones de prestigio internacional, lo que redunda en un tejido profesional de gran relevancia dentro del sector primario”.
Sin embargo, la conexión entre Fuerteventura y Marruecos por vía marítima “pondría en peligro” este “ventajoso” estatus sanitario e incluso amenazaría “la propia supervivencia del sector ganadero y sus producciones”.
El informe apunta que “visto el riesgo” de ello y la “casuística histórica del ingreso de enfermedades” a la Península “asociadas a la proximidad geográfica con el continente africano y a las vías de comunicación existentes”, ni tan siquiera el preceptivo establecimiento de un Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) dotado y con estructuras de cuarentena y protección en las instalaciones “conseguiría eliminar el riesgo de ingreso de patógenos en animales, productos o vectores introducidos de forma irregular o acompañando al pasaje o mercancías”. Y que “por muchas actuaciones que se realicen en Puerto del Rosario para el adecuado control de aduanas para personas y mercancías”, el riesgo de patologías de “enorme repercusión (…) incrementaría exponencialmente”.
Las enfermedades más relevantes a las que la isla de Fuerteventura se enfrentaría primero (y el resto del Archipiélago después) serían: fiebre aftosa, que “implica en la práctica la destrucción de las cabañas de caprino, ovino, bovino y porcino de las zonas afectadas”; peste de los pequeños rumiantes, endémica en los países del noroeste africano; viruela ovina y caprina, detectada en 2022 en Granada debido al posible “movimiento irregular de un animal portador, con rápida difusión por el territorio peninsular” y “cuyo control ha ocasionado un perjuicio económico difícilmente cuantificable”; enfermedad hemorrágica epizoótica y enfermedad de la Lengua Azul; rabia y peste porcina africana.
La difusión de estas enfermedades podría llegar a afectar también a la salud de la población canaria, concluye el jefe de Servicio de Sanidad Animal y Laboratorio, quien agregó recientemente en otro escrito que estos riesgos previstos “serían extrapolables (…) a movimientos desde cualquier punto del norte de África hacia Canarias”, siempre según “el riesgo inherente” a la inclusión de pasajeros y “a la propia naturaleza” de las mercancías a transportar. El técnico considera que las vías de conexión marítima entre el continente africano y las Islas, que parten desde Tánger, Casablanca, Safi, Agadir y Aaiún, “merecen ser objeto de actuaciones preventivas” por ello. De ahí que haya pedido “extremar las precauciones” con controles y protocolos más exhaustivos.
El secretario insular de Coalición Canaria (CC) en Fuerteventura, Mario Cabrera, aprovechó la semana pasada esta última reflexión de la Dirección General de Ganadería para asegurar que el riesgo que puede suponer la futurible línea entre Puerto del Rosario y Tarfaya “no es mayor” que el que ya existe para el resto de conexiones. “Nos preguntamos por qué ninguna de estas líneas ha supuesto un problema hasta ahora y sí parece serlo cuando hablamos de establecer una nueva desde Fuerteventura”, criticó Cabrera.
Más de lo mismo desde Agricultura
En el plano de sanidad vegetal, la Dirección General de Agricultura también alerta de un “alto riesgo” de entrada de plagas y enfermedades no existentes en las Islas que “pueden afectar gravemente nuestras producciones, así como el medioambiente, por la introducción de Especies Exóticas Invasoras (EEI)”. De acuerdo con el jefe de servicio de esta unidad, actualmente no existe personal permanente asignado al PIF de Fuerteventura. Y ante el presumible “incremento de las mercancías a inspeccionar” con la reapertura de la conexión con Tarfaya, eso sería un problema, en resumidas cuentas.
El texto explica que los exámenes a realizar en los PIF pueden ser de tres tipos: documental, en los que, como bien indica la palabra, no hay inspección física de la mercancía, sino solo a través de documentos; parcial, esto es, documental y con parte de la mercancía; y completo, es decir, igual que la anterior, pero esta vez con la mercancía inspeccionada en su totalidad. El escrito añade que “al no existir personal en el PIF indicado [el de Fuerteventura], la mercancía sería despachada, la mayoría de las veces, de forma documental y solo cuando se traslade un inspector de otros PIF se hará parcial o total”.
Para Agricultura, entre los “organismos nocivos” que podrían entrar a Canarias por Marruecos u otros países africanos con acceso a dicho puerto, como Senegal, destacan los tefrítidos no europeos (moscas de la fruta) y las cochinillas, encontrándose entre estas especies como Bactrocera dorsalis o Dacus ciliatus, que son “plagas de cuarentenas para la Unión Europea, (…) lo que significa que se deben hacer esfuerzos por todos los Estados Miembros en planes de prevención para evitar su entrada”. En caso de hacerlo, provocaría “daños económicos, sociales y medioambientales irreparables”.