El Gobierno de Canarias guarda en un cajón un estudio que la anterior consejera de Empleo, Industria y Comercio, Margarita Ramos, encargó a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) para optimizar el sistema eléctrico del Archipiélago y que, por falta de presupuesto, terminó centrándose en Gran Canaria.
Las conclusiones del informe son contundentes y advierten de que Canarias se verá fuertemente perjudicada por una crisis energética “muy probablemente inevitable y no muy lejana” y afirman que la situación actual de producción de energía eléctrica en Gran Canaria, así como del resto de islas, es “insostenible”.
El estudio urge a cambiar un sistema dependiente en un 95% del petróleo, y que en 2011 necesitó sólo en Gran Canaria de más de 800.000 toneladas de combustible para generar los 3.500.000 Kilovatios hora (kWh) de electricidad consumidos en la isla, que costaron a Endesa-Unelco 480 millones de euros al estar subvencionado por el Gobierno central, porque a precio de mercado esa cantidad hubiera superado los 700 millones de euros.
Dicha cantidad se sufragó en parte por todos los consumidores españoles en sus facturas de la luz, a través del peaje que compensa el déficit tarifario de las empresas que prestan el servicio en sistemas extrapeninsulares, y por los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Los datos se agravan al analizar la continuidad del sistema en el futuro, explica el catedrático de Ingeniería Mecánica de la ULPGC, Roque Calero, que se ha puesto al frente del informe y estima que el incremento anual del precio del petróleo será cercano al 7%. En este supuesto, Calero explica que el precio del combustible subvencionado pasaría a costar 882 millones de euros en 2020 y 1.735 millones en el 2030.
Sin embargo, a precio de mercado esa cifra se dispara y generar energía eléctrica sólo en Gran Canaria costará a todos los españoles 1.300 millones de euros en 2020 y 2.600 millones diez años más tarde. Una cantidad “terrible” que las administraciones serían incapaces de asumir, advierte Calero.
Para evitar que esta situación llegue a convertirse en una realidad, el estudio detalla que el mejor sistema que se debería instaurar en la Isla y que produce la máxima penetración de las energías renovables al mínimo coste de generación, se apoya en una combinación de 38 grupos diesel que generarán en total 851 Megavatios (MW); 100 MW fotovoltaicos; tener la central Chira-Soria, que todavía no se ha empezado a construir, en funcionamiento; y contar con una potencia de 850 MW provenientes de parques eólicos, conformado por 369 aerogeneradores de 2,3 MW cada uno, aunque en la actualidad solo hay instalados poco más de 70MW.
Este método reduciría el precio del kWh a 12 céntimos, casi la mitad que en la actualidad, y establecería el coste del combustible en 300 millones de euros en 2020 y en 600 millones diez años más tarde, lo que supondría un ahorro de unos 500 millones de euros dentro de siete años y de 1.400 millones en 2030. A un incremento del precio del petróleo moderado, del 3%, el ahorro se situaría en 664 millones de euros en la tercera década del año. Calero dice ser consciente de que “nos jugamos muchísimo con este asunto, pero claro eso obliga a cambiar el sistema eléctrico actual”.
Asimismo, indica que la inversión total en infraestructuras para poner en marcha todo el sistema, incluida la central Chira-Soria, asciende a 1.900 millones de euros, que quedarían amortizados en cinco años y asegura que la alternativa generaría más de 1.000 empleos directos y 13.000 indirectos.
El catedrático recuerda que presentó las conclusiones del estudio a la exconsejera, Margarita Ramos, un día antes de que hiciera pública su dimisión, y asegura que hasta la fecha no ha obtenido respuesta sobre la continuidad del trabajo o su posible aplicación.
Chira-Soria y tecnología obsoleta
Calero considera acertada la decisión del Ministerio de Industria y Energía de expulsar a Endesa de la estación de bombeo Chira-Soria que “estaba prevista aquí solamente para mejorar los resultados de explotación de la empresa, no para impulsar la energía eólica” y haber adjudicado la gestión a Red Eléctrica de España (REE). El profesor explica que la central Chira-Soria tendría poco peso en el nuevo sistema, ya que no genera electricidad, sino que la regula, al ser su capacidad de almacenamiento de energía muy limitada.
“Todos los molinos de aquí están obsoletos, porque hace casi 15 años que no ponemos nada”, manifiesta Calero, que denuncia los “errores sucesivos” cometidos por el Gobierno de Canarias a lo largo de los años que han llevado a los nuevos parques a estar parados. El principal de todos, resume, ha sido el de asignar la explotación de estos parques a empresas que no son canarias “lo que supone que este importantísimo recurso se 'fugue' al exterior, mientras que, con una pequeña parte de los mismos, los ayuntamientos de la isla resolverían todos sus problemas de financiación”.
Por otro lado, reivindica que parte del sobrecoste energético se debe a que Endesa tiene unos equipos obsoletos y poco eficientes que gastan mucho en petróleo, y que en los últimos años sólo ha invertido en ciclos combinados con la expectativa de quemar gas. “A nosotros nos dicen que es muy cara la producción en Canarias, pero no tenemos la culpa de que Endesa no esté por la labor de actualizar sus equipos y bajar sus costes”, apostilla.
Para avalar este cambio y a falta de un estudio de transición, Calero hace un llamamiento a los inversores canarios que sí pueden hacer frente a la gestión de los molinos, para que hagan “un gran frente común” ante el monopolio de Endesa. Asimismo, insiste en que de continuar el sistema actual “todo eso lo vamos a tener que pagar nosotros”, porque el Gobierno central introducirá en los PGE las partidas destinadas a energía, lo que podría derivar en la reducción de los fondos de otros apartados, como la Educación o la Sanidad. “Si no se hace lo que hay que hacer, Canarias se arruina”, concluye.