El Cabildo de Gran Canaria lidera un plan para que los 21 municipios de la isla reduzcan sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera al menos un 40%, tal y como recomienda la estrategia de la Unión Europea para combatir los efectos del cambio climático.
El presidente de la Institución insular, Antonio Morales, ha suscrito este jueves los planes de acción por el clima y la energía sostenible de los ayuntamientos de Firgas, Moya, Valleseco, Tejeda, Valsequillo y Santa Brígida, acompañado por sus respectivos alcaldes, que serán remitidos a la Comisión Europea.
Morales ha recordado que esta iniciativa cuenta con una partida de 400.000 euros del Cabildo de Gran Canaria y el asesoramiento técnico del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), que también apoya con medio millón de euros cada año, para que la isla deje de emitir 82.000 toneladas de CO2 en el año 2030 y, además, ahorre hasta 9.000 toneladas de combustible.
“Esta es una propuesta que se enmarca dentro del proyecto insular Ecoisla, que persigue una soberanía energética y del desarrollo sostenible de un territorio que está influido por la afección del cambio climático”, ha destacado Morales, quien ha recordado que esta iniciativa se potenciará con el estudio que realizará la Agencia Estatal de Meteorología sobre este asunto.
El dirigente nacionalista ha explicado que este planeamiento es una de las consecuencias del pacto por el clima que firmaron los alcaldes de la isla con la Comisión Europea, y que el Cabildo contribuye con el estudio técnico de las emisiones de los 21 municipios y el plan de recorte a cargo de ingenieros del ITC.
Según ha indicado la técnico del ITC Celia Bueno, el plan especifica acciones concretas para que acometan las propias corporaciones municipales en sus edificios, alumbrado público, instalaciones deportivas o bombeos de agua; que el sector residencial apueste por renovables termoeléctricas en sus viviendas, tratamiento de los residuos, apuesta por las renovables para el autoconsumo y vehículos eléctricos o, simplemente, optar por el uso compartido.
Bueno explicó que se ha tomado 2012 de referencia porque es el año que se tiene todos los datos del consumo kilovatio/hora y, porque desde entonces, los ayuntamientos ya han iniciado ajustes energéticos que ayudan a la meta de reducir el 40% las emisiones municipales de CO2 en el 2030.
“No solo estudiamos como estaba el sector municipal, sino también el consumo de los vecinos para rebajar las emisiones tanto del transporte como las del sector residencial”, ha subrayado la técnico del ITC.
Celia Bueno ha apuntado que Firgas emitió en el 2012 hasta 29.897 toneladas de CO2 a la atmósfera y que la meta en 2030 es que sean unas 20.952, lo que evitaría 11.708 toneladas, un 39,16% respecto al objetivo.
Por su parte, Moya emitió en el año de referencia 32.223 toneladas de CO2 y aspira a reducir 12.364 toneladas en el 2030, un 38,37% menos; mientras que Valleseco registró hace seis años 16.420 toneladas de emisiones de CO2, una cifra que espera recortar en 6.991 toneladas, un 42,58%.
Valsequillo emitió 40.815 toneladas de CO2 en 2012 y su objetivo es evitarlas hasta en 18.352 toneladas en el 2030, lo que supondría una reducción de casi el 45%.
En esa línea, el alcalde de Valsequillo, Francisco Atta, ha agradecido esta apuesta y ha citado como ejemplo sus edificios e instalaciones municipales y el alumbrado público, que tiene solicitada una ayuda de 1 millón de euros para ahorro energético y un sistema de telegestión, una actuación que se incorpora a este pacto para reducir 345.370 kilovatios/hora y 268 toneladas de CO2.
Morales ha resaltado que los municipios están trabajando en la reducción de sus emisiones de dióxido de carbono desde 2012 y ya se están viendo los primeros resultados, y que todos los municipios están unidos por la sostenibilidad de la isla y para hacer frente a los efectos del cambio climático.