El transporte terrestre, el sector que más emisiones genera en Gran Canaria: “Tenemos que cambiar cómo nos desplazamos para acelerar la transición”

El 26% de las 5.150 kilo-toneladas de dióxido de carbono equivalentes generados en toda Gran Canaria proviene del transporte. Según los datos más actuales, recogidos en el Diagnóstico Energético de Gran Canaria, la movilidad por carretera consume más energía que ninguna otra actividad en la isla; con un 40% se sitúa muy por encima de la demanda de electricidad, que genera un 25,7% del consumo. Esto se debe a que en un territorio de 852.688 habitantes en 2021, el parque móvil asciende a 667.366 vehículos, que en un 99,4% consumen gasolina o diésel; tan solo el 0,6% son eléctricos. Julieta Schallenberg, doctora en Ingeniería por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y directora del estudio, considera que es preciso acometer más acciones en este ámbito para acelerar la transición energética.

En este sentido, Schallenberg explica que para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector del transporte no basta con cambiar un vehículo de gasolina o diesel por uno eléctrico. “Es una parte importante, porque el coche eléctrico permite integrar las renovables más fácilmente y a medida que tengamos cuotas más altas de fuentes limpias en el sistema eléctrico, el vehículo será más renovable”, señala. Sin embargo, la investigadora apunta que donde realmente hay que poner el foco es en la forma de desplazarse, donde hay poca integración de renovables. “Tenemos que cambiar cómo nos desplazamos y para ello es importante mejorar el transporte público, fomentar el uso de coches compartidos, que prácticamente no existen en la isla, o apostar por micromovilidad con bicicletas, patinetes o a pie”, detalla.

El diagnostico también reseña que el municipio con mayor número de vehículos es Tejeda, con más de 13 por habitante, algo que se debe al bajo impuesto municipal que conlleva a que los concesionarios matriculen sus vehículos ahí. Le sigue Agüimes (0,96 vehículos por habitante) al concentrar el mayor polígono industrial de la Islas, del que salen y entran camiones y furgonetas de manera constante; después, con un ratio de 0,94 vehículos por habitante, se sitúan Valsequillo, San Mateo y Santa María de Guía. En el lado opuesto, Arucas y Telde, con 0,74 vehículos por habitante; Las Palmas de Gran Canaria, con 0,69 vehículos por habitante y Agaete y Santa Lucía, con 0,66 vehículos por habitante.

En transporte público, según datos de 2021, se registraron 52 millones de pasajeros: 30 millones en Guaguas Municipales y 21,6 millones en Global. Los municipios que más tráfico de usuarios atraen y generan son Las Palmas de Gran Canaria y Telde. Las zonas turísticas del sur de la Isla también registraron una movilidad significativa: Mogán y San Bartolomé de Tirajana son las localidades que generaron más viajes con origen y destino dentro de sus municipios.

En transporte público, la capital de la isla ha avanzado en la implantación de guaguas eléctricas, con cuatro vehículos, pero la empresa Global dedicada a la movilidad interinsular aún no ha incorporado a su flota ningún vehículo de generación limpia. Sin embargo, la gratuidad del transporte ha incrementado el número de pasajeros en un 15,40% en Gran Canaria, donde se han tenido que incorporar más vehículos a las flotas para atender la demanda, a pesar de ser la autonomía con mayor ratio de guaguas en función de su población: 2,77 vehículos por 1.000 habitantes.

Y es que en la Isla, al igual que sucede en el resto del Archipiélago, los problemas de movilidad son estructurales y hunden sus raíces en el modelo de ordenación desarrollado: por un lado, la alta dispersión de la población impide llevar a cabo trayectos con eficiencia -una guagua en las Islas debe conectar casi cuatro veces más pueblos que en la comunidad balear en la misma extensión de suelo- y, por otro, el modelo de ordenación de las redes viarias ha sido desarrollado pensando en el vehículo privado, dejando poco espacio para el transporte público.

“Yo creo que si al ciudadano se le dieran unas opciones públicas a la altura de otras ciudades, hay mucha gente que ni siquiera se compraría un coche”, apunta Schallenberg.

Por su parte, en este ámbito el Cabildo de Gran Canaria ha apostado por desarrollar la Red Insular de Recarga de Vehículos Eléctricos y facilitar ayudas para la adquisición de vehículos de micromovilidad eléctrica, que en parte han contribuido a que la Isla concentre el 50% del parque móvil eléctrico de Gran Canaria. Entre 2018 y enero de 2023, se ha facilitado un total de 63.526 recargas y ha suministrado 718.651 kilovatios por hora, que suponen 5.528.085 kilómetros recorridos por vehículos eléctricos en la isla, que han evitado la emisión de 830 toneladas de CO2. Y el Gobierno de Canarias tiene planteada una estrategia para descarbonizar el parque automovilístico de las Islas: quiere que en 2040 todos los vehículos sean eléctricos.

El 26% de la electricidad se genera con energías renovables

Gran Canaria es, tras El Hierro, la isla con mayor penetración de renovables en su sistema eléctrico. En 2022, el 26% de la electricidad se generó con fuentes limpias. Según los datos recogidos en el Diagnostico, la isla tiene instalados 931 megavatios (MW) en centrales térmicas (principalmente de fuel y gasóleo); 244 MW de energía eólica y 74 MW de fotovoltaica. “Estamos caminando a pasos grandes si miramos atrás, porque antes hubo un estancamiento y, aunque las cuotas siguen siendo bajas, se ha dado un salto importante en renovables”, valora Schallenberg.

La isla lidera el autoconsumo con energía fotovoltaica en Canarias. Esta modalidad cuenta con 28 MW gracias a las más de 2.000 instalaciones existentes, lo que supone que Gran Canaria concentra el 50% de la potencia del Archipiélago. En total, hay registradas 2.301 instalaciones que aprovechan la radiación solar para generar electricidad: la mayoría está en cubiertas de edificios, con 2.221 plantas que suman 44 MW; el resto, en suelo. La industria es el sector que más se nutre de esta fuente limpia, con 28 MW, es decir, el 65% del total; mientras que el residencial suma más instalaciones que ningún otro, con 1.735. que sin embargo generan 7,2 MW. Esto se debe al tamaño en uno y otro sector, pues en el sector industrial son más grandes que en el residencial.

Con datos desagregados por municipios, Las Palmas de Gran Canaria, Telde, San Bartolomé de Tirajana y Agüimes lideran en número de instalaciones y en potencia generada.

En energía eólica, Gran Canaria cuenta con 68 instalaciones concentradas, en su mayoría, en la zona del sureste. Los municipios de Agüimes, Santa Lucía de Tirajana y San Bartolomé de Tirajana tienen 222 MW de potencia repartidos en 55 instalaciones. Esta fuente renovable llega a alcanzar picos de producción en condiciones favorables que superan en más del 50% la contribución al sistema eléctrico, sobre todo, en los meses de mayo a agosto, que son los meses estivales, cuando soplan más los Alisios.

El diagnóstico también refleja un dato llamativo: “A lo largo de 2021, las limitaciones impidieron que se generaran más 7.000 MWh de energía eólica y unos 140 MWh de energía solar fotovoltaica”. Estas limitaciones son los denominados vertidos de energía, es decir, cuando se ordena parar una instalación eólica, por ejemplo, porque la red no puede absorber todo lo que es capaz de producir en condiciones favorables. Schallenberg explica que esto se debe a que los mínimos técnicos de los sistemas convencionales “son muy altos” y, a su vez, a carecer de sistemas de almacenamiento que permitan hacer uso de energía que no se puede incorporar a la red de forma instantánea.

“Se desaprovecha una cantidad importante. No es un porcentaje muy representativo de la generación renovable total. No tenemos una penetración renovable tan alta, en 2021 era de un 21% y ya había limitaciones. Pero es evitable con sistemas de almacenamiento o teniendo sistemas convencionales con menores mínimos técnicos. O la combinación de ambas cosas. Pero si la penetración de renovables aumenta, las limitaciones también aumentarán”, explica Schallenberg.

En este sentido, el documento recuerda que tanto el Gobierno de España o el regional han desarrollado estrategias o han ordenado que para desarrollar el almacenamiento en Canarias es preciso contar con sistemas hidroeléctricos reversibles. En concreto, en el Acuerdo del Consejo de Ministros de 9 de octubre de 2009 por el que se aprueba la Estrategia Integral para la Comunidad Autónoma de Canarias ya se hablaba de apoyar la implantación de cuatro centrales ubicadas en Gran Canaria, Tenerife, La Palma y La Gomera.

En la actualidad, tan solo se desarrolla el Salto de Chira, que permitirá a través del hidrobombeo entre dos presas ya existentes una capacidad de almacenamiento de 3.200 MWh. Sin embargo, también se contempla aumentar esa cantidad ampliando esta obra con una conexión con el embalse de Las Niñas sumado a combinaciones con El Parralillo, Siberio o Caidero de la Niña, que podrían tener una capacidad de almacenamiento de unos 6.400 MWh, es decir, cubrir las dos terceras partes de la demanda media diaria de Gran Canaria en electricidad.

Durante la presentación del Diagnóstico, tanto el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, como el coordinador del Consejo Insular de la Energía, Raúl García Brink, reconocieron que los datos de penetración de renovables aún están muy lejos de los objetivos marcados para 2040, cuando se ha de lograr la neutralidad climática. Y es que si se contempla el mapa global, de energía primaria o final, el sector más contaminantes es el transporte, con diferencia del único que incluye renovables, que es el eléctrico. Pero los datos del Diagnostico también muestran que las bases ya están asentadas y que en los últimos cuatros años se ha experimentado un avance relevante para acercarse a los objetivos marcados.