El mitin en calcetines de Juan Carlos Monedero

José María Rodríguez/Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

El cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, se ha enfrentado a lo largo de su carrera universitaria y política a todo tipo de auditorios, pero a buen seguro que nunca, como este domingo, a un público que le haya exigido tener la educación de descalzarse antes y de hablar en calcetines.

Su gira de actos políticos en apoyo a los candidatos de Podemos llevaba hoy a Monedero a una de las plazas que más satisfacciones ha dado a su partido en los últimos años, Las Palmas de Gran Canaria, donde obtuvo cotas de respaldo en las urnas en las europeas y en las autonómicas casi sin comparación en otras grandes ciudades del país.

Así que, con un público entregado, el referente del partido para cuestiones ideológicas y sus tres compañeros de mitin se disponían a pisar el terrero de lucha canaria del Centro Deportivo López Socas, la histórica “Gallera”, cuando desde las gradas le frenaron en seco.

“¡Al terrero de lucha se entra descalzo! ¡Respeten eso!”, les gritó con fuerza una mujer, cuya intervención resonó en toda “La Gallera” y dejó paralizados por segundos a los líderes de Podemos.

Pues sí, al terrero se entra descalzo y Monedero lo comprendió enseguida: retrocedió sobre sus pasos, esbozó una disculpa y educadamente se quitó los zapatos. Así comenzó el primer mitin del profesor de la Complutense en calcetines (rojos, por cierto).

El público celebró el detalle con un aplauso y la ciudadana que les conminó a seguir las tradiciones de la lucha, también, aunque no sin cierta sorna: “Lo de los calcetines rojos está muy bien, oiga”.

Seguidamente se descalzó otra de las oradoras, la histórica dirigente sindical Meri Pita, secretaria general de Podemos en Canarias y número 2 de la lista al Congreso por Las Palmas.

Mientras tanto, la cabeza de lista a la Cámara Baja, la juez en excedencia Victoria Rosell, hacía como que las instrucciones no iban con ella y se resistía a quitarse los zapatos, lo que entre provocó cierta curiosidad entre el personal sobre qué pasaría cuando le tocase el turno de hablar, si el público aceptaría tamaña falta del respecto por las tradiciones del deporte canario por excelencia.

Pues no, la juez no se quitó calcetines. Pero tuvo mucho cuidado de ofrecer todo su discurso caminando alrededor del terrero de brega, por el anillo exterior, sin profanarlo con sus suelas.