Profesores en diversas materias, abogados y científicos se han reunido este miércoles en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para exponer los motivos jurídicos y medioambientales por los que no se deberían llevar a cabo las prospecciones en Canarias, durante una jornada informativa organizada por el colectivo ecologista Ben Magec.
Entre risas nerviosas y aplausos de indignación por parte de los asistentes, los ponentes han tumbado todas las conclusiones positivas a las que había llegado el Estudio de Impacto Ambiental de Repsol. Jesús Cisneros, profesor de contaminación marina de la ULPGC, ha ofrecido una serie de críticas, respaldadas por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), tras revisar los datos expuestos en el estudio, llegando a la conclusión de que la evaluación de los riesgos sobre un posible vertido de crudo está “muy muy mal hecha”.
De acuerdo con el profesor de contaminación marina, los encargados de elaborar este informe ajustaron las cifras al máximo hasta llegar a conclusiones “totalmente absurdas”. Entre ellas, que la probabilidad de que ocurra un accidente a la hora de realizar las prospecciones son prácticamente nulas. Cisneros ha señalado que los datos expuestos no se corresponden con la realidad, ya que han cometido “graves errores” a la hora de calcular los riesgos.
Para poder obtener las probabilidades reales se estudia la relación entre prospecciones y accidentes ocurridos entre 1980 y 2010, según ha explicado el profesor. Sin embargo, en el estudio elaborado por Repsol omitieron datos de 1997 a 2006, donde se produjeron 30 vertidos. “Si añadimos estos y otros datos que supuestamente ellos habían pasado por alto, al sumarlo y cuadrarlo todo, el porcentaje de riesgo aumenta del 0,000 y pico por ciento al 4,8. Ahí la cosa ya cambia, porque pasamos de una remota posibilidad a una mucho más probable”, explica Cisneros.
El análisis de Repsol también omitió otras variables que influían en las probabilidades de riesgo: “Por un lado, calificaron mal los tres pozos que pretenden abrir, ya que son de alto riesgo. Y, por otro, solo se simula con un único tipo de crudo que se disuelve en el agua y desaparece a los dos días. Ojalá encontráramos ese tipo de petróleo, porque así hasta nos estarían limpiando el agua”, destaca irónicamente.
Por su parte, Jonathan Gómez, geógrafo experto en riesgos naturales y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), ha aludido a la Declaración Internacional de la Geoética para explicar lo que está pasando en las islas. Este código de buenas prácticas establece que los expertos dedicados a la geociencia deben ejercer su profesión con una actitud correcta en todo momento, sin atender a intereses o motivaciones personales como el dinero o el reconocimiento. Según Gómez, el proyecto propuesto por Repsol denota una falta de actitud geoética.
“Los peligros de las prospecciones en Canarias residen en la falta de conocimiento del terreno”, subraya el geógrafo, poniendo como ejemplo los terremotos que se sucedieron en la costa de Castellón a raíz de la implantación del Proyecto Castor. Coincide con Jesús Cisneros en que el Estudio de Impacto Ambiental es “una auténtica chapuza” porque ha dejado de lado muchas variables que influirían en caso de un vertido. “No se han tenido en cuenta ni cómo actúan los vientos alíseos en diferentes épocas del año”, destaca.
Además, el también climatólogo resalta que con este proyecto se están incumpliendo las recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que aboga por un cambio en el modelo energético a nivel mundial. “Tenemos que apostar por las renovables y abandonar los combustibles fósiles antes de llegar a un punto de no retorno en el que, por mucho que hagamos después, el daño ya estará causado y los cambios climáticos serán irreversibles”.
Sobre la influencia de los combustibles fósiles en el calentamiento global también ha hablado Ignacio Gafo, licenciado en Ciencias Económicas. Según él, las prospecciones hay que analizarlas desde tres perspectivas de impacto. En relación con el medio ambiente, suponen una “auténtica amenaza”, tanto por su incidencia sobre la capa oceánica como en la franja costera. “Una costa cubierta de negro es un espectáculo dantesco, y tenemos que evitar por todos los medios que ocurra algo similar a lo que pasó en Galicia con el Prestige”, señala. Además, ha recordado también que el petróleo, como combustible fósil que es, produce gases de efecto invernadero y seguirá incidiendo en el cambio climático.
Desde un punto de vista económico, Gafo ha resaltado que no se trata de una lucha entre Marruecos o España, sino de la competencia de dos multinacionales “por la ambición de querer enriquecerse aún más”. Además, ha dicho tajantemente que “no veremos ni un duro de ahí”. En relación a la creación de puestos de trabajo, Repsol necesitará personal muy altamente cualificado que “difícilmente saldrá de las listas del paro de aquí”. Y en cuanto a la economía canaria, el economista asegura que un vertido repercutiría directamente al turismo, “porque el turista no vendría a un destino contaminado”.
A nivel social, Gafo ha opinado que el debate sobre el petróleo ha hecho visible el “gran déficit democrático” que existe en España. “Todo sería mejor si nos permitiesen opinar de tema de gran transcendencia, como este”, opina y aboga por la organización de una consulta popular porque el pueblo canario “tiene derecho a que lo escuchen”. Como conclusión final, añade: “¿Qué tenemos que ganar? Poco. ¿Qué tenemos que perder? Mucho”.