''La ampliación planteada implicaría, sobre un entorno ya deteriorado, un impacto de graves e irrecuperables consecuencias''. Así termina el informe técnico emitido en 2022 por el Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias en relación al nuevo puerto de Corralejo, en Fuerteventura. Este documento, al que ha tenido acceso Canarias Ahora, advirtió hace poco más de un año de que la obra que pretende impulsar el área de Obras Públicas afectará ''gravemente'' a la conservación de las especies que habitan en ese entorno, muchas de ellas de interés comunitario y protegidas por la normativa europea, como la tortuga boba o la tortuga verde.
El proyecto tiene como objetivo crear una nueva dársena comercial en el muelle de Corralejo, en el municipio de La Oliva. La obra incluirá la instalación de cuatro diques nuevos, una explanada comercial y los viales correspondientes, ocupando 33.922 metros cuadrados de superficie de agua marina y 30.034 metros cuadrados de zona terrestre. En tierra, la infraestructura afectará a aceras, paseos y zonas verdes, entre otras, de acuerdo con la documentación consultada.
El Gobierno de Canarias ha dado luz verde a esta ampliación, al incluirla en los Presupuestos Generales de 2023. Se estima que el proyecto requerirá una inversión de hasta 32 millones de euros. El posible impacto ambiental de la infraestructura ha llevado al ecologismo a movilizarse. La organización no gubernamental Clean Ocean Project acudirá a la Comisión Europea para denunciar la creación de este “megapuerto” en el norte de Fuerteventura. Según la entidad, responde a una “visión obsoleta” contraria a los preceptos de sostenibilidad y protección ambiental que la población canaria reivindicó en las calles el pasado 20 de abril.
Diferentes asociaciones ambientalistas sostienen que el nuevo puerto pondrá fin a la biodiversidad de la zona y destruirá la economía del pueblo, basada en el turismo de surf y en los visitantes atraídos por las vistas al islote de Lobos y al Parque Natural de las Dunas de Corralejo, localizado a menos de seis kilómetros del muelle.
Un entorno ya deteriorado
El informe técnico, emitido por el Servicio de Biodiversidad en noviembre de 2022, apunta que la ampliación que se plantea provocaría un impacto grave sobre un entorno que ya está deteriorado. La construcción del muelle que funciona en la actualidad trajo consigo la destrucción de las praderas de sebadales que habitaban en la zona. En esta línea, el Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias subraya que “no pueden descartarse” nuevas afecciones a las praderas de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Sebadales de Corralejo.
El espacio incluido en esta zona ZEC forma parte de la Red Natura 2000 al tratarse de uno de los fondos canarios “con mayor riqueza florística y faunística”, por la presencia de poblaciones de especies endémicas de Canarias y de la Macaronesia y otras en peligro en el Archipiélago. Las vulnerabilidades principales de estos entornos son los vertidos de aguas residuales, la pesca ilegal y el fondeo de embarcaciones, según otro informe emitido por Biodiversidad en febrero de 2023 en relación al muelle de Corralejo.
Ahora, este enclave del norte de Fuerteventura es utilizado por la tortuga verde, declarada de Interés Comunitario, y es también el hábitat de la tortuga boba (caretta caretta), una especie que forma parte de la Red Natura 2000 y cuyas principales amenazas son, de acuerdo con el informe, la pesca, el deterioro de su hábitat, la ingesta de plástico, el enmalle con redes y residuos y la colisión con embarcaciones. En esta línea, el documento deja claro que el proyecto, en su fase operativa, implica un aumento de tráfico marítimo, trayendo consigo una mayor presión humana e incrementando los riesgos de colisión, ruido y contaminación.
El Servicio de Biodiversidad recoge que en ninguna parte de la Evaluación de Impacto Ambiental presentada se plantean medidas que compensen la pérdida de hábitat que supone ejecutar la obra. Tampoco desarrolla un plan de gestión de residuos, limitándose a argumentar que el proyecto va a generar “una escasa producción” de basura.
''La ampliación del puerto [...] podría afectar a la calidad del agua del área y aumentar el vertido de residuos al mar, para evitarlo es indispensable tomar suficientes medidas específicas'', añade el área de Biodiversidad del Ejecutivo autonómico. Todas estas posibles afecciones llevaron a la Consejería de Transición Ecológica en 2022 a concluir que no quedaba suficientemente justificada la ampliación como para descartar la alternativa cero, es decir, dejar la infraestructura tal y como está.