Luis Martín Cabiedes, socio de CABIEDES PARTNERS SCR, se define a sí mismo como decano de los inversores de Internet. Apuesta por una inversión en fases más avanzadas y cree que la educación universitaria junto con la experiencia laboral son la clave del éxito a la hora de crear una startup.
Pregunta: A modo de presentación, ¿qué es lo que más destacaría usted de su perfil?
R: Quizá lo más destacable es que soy el decano de los inversores de startups de Internet. Llevo haciendo esto de invertir en statups de Internet desde el siglo pasado.
Un inversor debe estar orgulloso de sus empresas de éxito. Y las empresas de éxito son por ejemplo Blablacar, Privalia, CredyMarket... El año pasado vendimos Deporvillage y entregar vivas, algunas como Indexa. Básicamente después de 150 inversiones, a cualquiera le salen diez bien.
P: ¿Ha tenido alguna experiencia en el ámbito de la incubación universitaria?
R: No, nunca. Digamos que la edad media de mi gente es un poco mayor que la universitaria. El tipo de inversión que hago yo o la que hace la mayoría del capital riesgo es gente con cierta experiencia profesional y muchas veces con grado, o incluso, con cursos de posgrado.
P: ¿Es propicio el ámbito universitario o el de la formación profesional a la hora de crear una startup?
R: Es muy importante que los estudiantes sepan que existe una alternativa profesional de montar una empresa y que sepan que no es una cosa imposible, ni para gente especial, ni para grandes héroes. Es una opción profesional como cualquier otra.
Sin embargo, pienso que es bueno que el momento en el que una persona lanza una startup quizás deba ser un paso un poco posterior a la universidad. ¿Por qué? Pues porque a medida que vas teniendo más experiencia en un sector, las posibilidades de éxito aumentan. Me parece que es importantísimo que parte de la formación sea que la gente más joven se familiarice con lo que es lanzar una startup, pero es importante que tampoco se precipite en lanzar una startup, ya que las posibilidades de éxito son mayores a medida que uno tiene más experiencia y más conocimiento de un sector, incluso más formación.
P: ¿Qué consejo le daría a una persona que acaba de salir de la universidad antes de montar una startup?
R: Claramente que siga formándose. Que no piense que de la universidad sales suficientemente formado. Defiendo la formación universitaria y me parece importantísima, pero es un paso más. La formación debe ser continua, deben seguir con la actitud de aprender durante un tiempo. Eso quiere decir aprender trabajando, por supuesto. Si tienes un sector que te gusta, intenta trabajar en ese sector y dentro de ellos en las buenas empresas: si te gusta la moda, intenta trabajar en Inditex, si te gusta la distribución, intenta trabajar en Mercadona y si lo que verdaderamente te gusta es la banca, intenta trabajar en Santander, BBVA o Caixa.
Lo que quiero decir es que debes intentar conocer la industria e intentar conocer un negocio ya que eso aumenta muchísimo las cualidades de éxito. Luego incluso una vez conoces el sector es un buen momento para volver a la universidad a hacer un posgrado o algún tipo de formación adicional. Con lo cual nos metemos en siete u ocho años después de haber acabado en la universidad, que es el momento dulce de una startup; ya tienes la experiencia de un sector, ya sabes lo que es trabajar e incluso has tenido una formación adicional.
P: ¿Cree que es un error emprender por necesidad?
R: No, si es por necesidad, no es un error, es una necesidad. Con el nivel de paro en España, el emprender es una salida. Dicho lo cual no es una solución.
Primero, las posibilidades de éxito de emprender son muy bajas, incluso con la formación adecuada. Y segundo, el emprendimiento no puede crear empleo a la velocidad a la que lo necesitamos.
El paro es un problema gravísimo de la economía española de toda la vida y no lo pueden arreglar los startup. Emprender no es una alternativa al trabajo. Como sociedad no podemos pensar que la solución al problema del paro pueda ser la creación de startups.
Una empresa grande puede tener 200000 puestos de trabajo y no podemos tener 200000 emprendedores al año. Cada vez que una empresa grande se cae o se constipa, se destruyen más empleos de los que puede generar el mundo emprendedor.
Yo me dedico a un tipo de emprendimiento muy especial, emprendimiento tecnológico. Este emprendimiento se caracteriza por no ser un gran creador de empleo. Por lo general el número de trabajadore en Facebook o en Google es bajísimo. En Amazon no, porque tiene una parte de distribución importante. Las empresas que creemos más tecnológicas crean muchísima riqueza, pero no suficiente empleo. Las empresas dedicadas al mundo de la tecnología quizás sí pueden solucionar el problema del crecimiento económico y la creación de riqueza, pero no el de la creación de empleo.
Hay muchas veces en que se ha buscado el emprendimiento como la solución al problema del paro y creo que esto no es posible.
P: ¿Antes de montar una startup/empresa, hace alguna validación previa? ¿Tiene algún tipo de «checklist» para valorar si una idea merece la pena?
R: Sin duda, claro. Invertir no es apostar a ciegas. Un emprendedor debería hacer exactamente lo mismo que un inversor. De hecho, yo soy profesor del IESE y allí explico los criterios de evaluación de oportunidades, incluso antes de lanzarnos, porque una vez hecho es un poco distinto.
Antes de lanzar una startup claro que hay un checklist. Según el profesor Rob Johnson, que primero fue emprendedor, luego inversor y por último profesor, se deben tener en cuenta seis criterios a la hora de evaluar una oportunidad antes de meterte en ella.
Los criterios son básicamente: mercado, ventaja competitiva, equipo, timing, escalabilidad y salida. Los podemos agrupar de dos en dos, obteniendo un total de tres: una empresa debe ser viable, factible e invertible.
Que sea invertible es importante para el inversor, pero no para el emprendedor. Para eso debe tener escalabilidad y exit, es decir tiene que tener un potencial de crecimiento muy notable y posibilidades de salir de la inversión.
P: ¿Qué opina de equipos mixtos internacionales de emprendedores?
R: Me parece que es buenísimo y lo veo incluso como un ejercicio formativo. Muchas veces en mis clases tengo que recordar que aquí no estamos creando empresas, estamos aprendiendo cómo se crean empresas. Lo importante no es el producto final, es lo que hayas aprendido por el camino.
Este tipo de proyectos de colaboración son extraordinarios porque aprendes que hay mercados internacionales muy distintos. Ahora, eso no quiere decir que sea fácil o que estos proyectos surjan cuando pones dos personas, ya que un emprendedor, por definición, no tiene muchos recursos y tienen que enfocarse a un mercado y siempre es mejor que se enfoque al mercado que ya conoce.
Me parece un ejercicio perfecto para aprender a emprender, pero no podemos esperar que de ahí salgan muchos proyectos viables o factibles.
P: ¿Qué experiencia ha tenido con startups en América Latina, o con startups españolas en mercados de América Latina?
R: Ahora, por ejemplo, tenemos GoTrendier en México. Además, tenemos bastantes emprendedores latinoamericanos aquí en España. En los primeros pasos, una startup tiene que enfocarse al mercado que conoce inicialmente.
P: ¿Ha tenido alguna vez experiencia con startups en Canarias? ¿Qué potencial le ve a estas islas?
R: Su mayor potencial es algo que ya ha pasado. Hace doce meses, cinco o seis de los mejores emprendedores que conozco se fueron a Canarias a trabajar de forma remota. Recuerdo, por ejemplo, que Jesús Monleón está allí y está encantado. Como destino para estos nómadas digitales que se implantan meses me parece que es ideal y creo que todo eso ha venido para quedarse.
P: ¿Cree que hay una tendencia a invertir en fases cada vez más iniciales?
R: Creo que ahora hay muchísimo más inversión en todas las etapas, en las etapas pre-lanzamiento y en las post-lanzamiento.
Yo no invierto en etapa pre-lanzamiento. Mi etapa es una vez que has lanzado el producto y quieres, pues no sé, 6 meses, 12 meses de respuesta del mercado, que ahí es donde yo me veo más fuerte evaluando, aunque sean cifras pequeñas.
Pero bueno, cada inversor se ocupa de una etapa, hay inversores que se especializan en etapas muy posteriores y otros que dicen “no, yo invierto en fase concepto”. Yo no, Cabiedes sólo invierte en fase post lanzamiento y con seis meses a un año de la actividad en el mercado.
P: ¿Qué debería haber conseguido una startup antes de empezar a buscar inversión?
R: Creo que en fase de ideación no debe todavía buscar inversión. Debe buscar una manera inteligente de mostrar que su proyecto tiene sentido y resolver las incertidumbres fundamentales.
Se trata de demostrar que el mercado recibe tu propuesta, por tanto, hay que hacer un MBP, que no es nada más que una manera de probar si el mercado piensa que es una buena idea, entonces sí vale la pena.
P: ¿Qué experiencias o perspectivas tiene sobre la tokenización de las startups como vías de financiación?
R: Es una manera mucho más inteligente de hacer una security o una participación porque podemos embeber o podemos incluir en un smart contract muchas cosas que hoy por hoy están en las estanterías, cuando sería mucho más lógico que estuviesen enlazadas. Tú ahora tienes una acción y los derechos o los acuerdos están en las estanterías de los notarios. Sería mucho mejor tener un smart contract.
La velocidad a la que esto va a suceder dependerá estrictamente de la regulación, pero sucederá, sin duda.
P: ¿Qué consejo le daría a una persona que quiera empezar a invertir en startups en fases muy iniciales?
Son muy importantes dos cosas: primero, debe diversificarse mucho, incluso a los que llevamos en esto veintitantos años nos salen mal el 80 % de las inversiones. Esto al principio te frustra un poco, pero luego te enteras de que eso es lo normal. Todos los inversores, e incluso los mejores, tienen un porcentaje de éxito en torno al 20%.
Segundo, si el porcentaje de empresas que van a salir mal es de un 80%, hay que guardar dinero para las buenas. Supongamos que tienes diez euros para invertir, pues cinco te los guardas para las buenas y los otros cinco los divides entre diez. Tienes cinco euros para meterlas dentro de 18 o 24 meses, cuando la empresa ya te ha demostrado bastante y ya conoces al emprendedor, al mercado y tienes mejor información para tomar la decisión.
Entonces puedes hacer una inversión mucho más concentrada en la segunda etapa y mucho más dispersa y diversificada en la primera. Creo que esta es la clave de los inversores a los que les ha ido bien.