MANILA, 3 (Reuters/EP)
El senador Benigno Aquino III va claramente a la cabeza en el recuento de los votos emitidos en las elecciones presidenciales del pasado 10 de mayo y se espera que el Congreso le nombre jefe de Estado a principios de la semana que viene.
El escrutinio indica que Aquino tiene 14,6 millones de los 35 millones de votos válidos contados hasta la tarde de este jueves, es decir, el 41,8 por ciento y 5,5 millones más que su principal rival, el ex presidente Joseph Estrada, cuando faltan por contar menos de un millón de papeletas.
Estas cifras concuerdan con los recuentos no oficiales realizados por la comisión electoral en los días posteriores a los comicios. Este organismo calcula que el 10 de mayo fueron a votar 38 millones de personas.
El líder de la mayoría en el Senado, Juan Miguel Zubiri, había adelantado que el escrutinio finalizaría este jueves y que el lunes o el martas el Congreso declararía a Aquino ganador de las elecciones, cuatro semanas después de la votación y tres semanas antes de la fecha límite que se había fijado, el 30 de junio.
Zubiri indicó que la comisión encargada del recuento no va a entretenerse con quejas que puedan retrasar la conclusión de su labor y que los candidatos deberán protestar ante el Tribunal Supremo si quieren que se cuenten de nuevo los votos.
VICEPRESIDENCIA
En cuanto a la Vicepresidencia, la cosa está mucho más ajustada, ya que de momento el 'número dos' de Estrada, Jejomar Binay, supera a Manuel Roxas, el compañero de campaña de Aquino, del Partido Liberal, por sólo 640.000 sufragios.
Abogados y aliados de Roxas pusieron en duda la alta participación que, según los datos oficiales, hubo en algunas provincias del sur, de casi un 98 por ciento, así como la gran cantidad de papeletas no válidas.
El responsable de la campaña electoral del Partido Liberal, Florencio Abad, declaró: “Según nuestras estimaciones, hubo 2.9 millones de votos para elegir vicepresidente que no se contaron adecuadamente, y creemos que pueden cambiar el resultado de las elecciones”.
“Puede ser que el sistema electoral automatizado estuviese defectuoso o que alguien hubiese manipulado las máquinas para favorecer a ciertos candidatos”, manifestó.
Este jueves votaron más de 80.000 personas en siete ciudades del centro y el sur de Filipinas donde se considera que la votación del 10 de mayo no fue válida debido a la violencia y los problemas logísticos.
El comisario Rene Sarmiento concluyó que los problemas menores que se produjeron durante la votación en las provincias de Lanao del Sur y Basilan no afectarán al resultado electoral.
En una localidad de Basilan donde un candidato y sus guardaespaldas irrumpieron en un colegio electoral hubo que suspender la votación durante un rato, y las acusaciones de compra de votos han sido algo generalizado. “Éstos son incidentes menores”, opinó Sarmiento, que destacó que “lo importante es que las elecciones se han abierto camino”.