Cadena humana multicolor ante el muro marroquí del Sáhara Occidental

Más de 2.000 personas formaron este sábado una cadena humana multicolor frente al muro militar marroquí que divide el Sahara Occidental para pedir su derribo, la celebración de un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui y el fin de la ocupación del territorio.

Los participantes -en su gran mayoría españoles y saharauis, junto a italianos y argelinos- unieron sus manos formando una larga cadena longitudinal y en paralelo a los casi tres metros de muralla de arena, piedras y alambradas de espino.

La acción -en la que participaron también multitud de mujeres españolas y saharauis- se prolongó cerca de 45 minutos y se desarrolló a 500 metros del punto del muro conocido como el “recodo”, próximo al vértice fronterizo de Argelia y Mauritania.

La cadena humana se dividió posteriormente en distintos grupos que, entre cánticos y el característico ulular de las mujeres saharauis, gritaron consignas como “Marruecos culpable, España responsable” y “Libertad para el Sahara”.

Las vestimentas blancas de los españoles contrastaban con las melfas (trajes multicolores tradicionales de las mujeres saharauis), la ropa oscura de los hombres de la zona y las decenas de banderas de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Varios grupos de españoles animaron el acto con instrumentos musicales traídos desde España.

Mohamed Ali Beiruk, un fotógrafo saharaui de 24 años que participó en la formación de la cadena, destacó a EFE que “la única solución es la guerra, porque después de 32 años hablando no se ha conseguido nada”

Fadel, otro refugiado saharaui, que a sus 54 años se animó a sumarse a la protesta contra la construcción marroquí, opinó que el conflicto “tendrá una fin negociado” ya que sino “la guerra volverá” porque el Frente Polisario “no puede tener a los jóvenes de brazos cruzados”.

La acción, en la que intervinieron también algunos niños y veteranos de guerra saharauis, transcurrió sin incidentes en una planicie desértica y pedregosa, supervisada por miembros de la misión de la ONU para el Sahara Occidental (MINURSO) a bordo de cinco vehículos todoterreno con militares de Uruguay, Italia, Brasil y Malasia.

Un helicóptero de Naciones Unidas sobrevoló además el área durante todo el desarrollo de la protesta.

Al mismo tiempo, alrededor de diez soldados marroquíes observaban a los participantes encaramados en el muro e incluso se pudo ver a alguno de ellos caminando en sus proximidades.

Los organizadores de la marcha avisaron constantemente a los participantes del riesgo de minas en la zona, donde aún pueden verse restos de munición de la guerra entre Marruecos y el Polisario, tales como alguna granada.

Los participantes, que salieron al amanecer desde los campos de refugiados saharauis de Argelia, se trasladaron hasta el muro en una veintena de camiones y decenas de vehículos todoterreno dispuestos por el Polisario, que se encargó también del avituallamiento, la seguridad y la asistencia sanitaria.

El recorrido duró cerca de tres horas en una mañana fría y algo ventosa a través de una llanura polvorienta tan sólo salpicada por acacias del desierto.

Durante esta semana, alrededor de 2.500 españoles se han trasladado hasta los campos de refugiados saharauis para conocer la situación en que viven, colaborar en proyectos de cooperación y participar en la cadena humana en torno al muro, según los organizadores del viaje.

La acción de protesta, denominada “Columna de los 1.000”, es una iniciativa del grupo Voluntad y Determinación, formado por estudiantes de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, que concibieron una movilización no violenta contra la “injusticia y el olvido” que padece el pueblo saharaui.

La idea surgió hace un año, después de que estos universitarios visitaran por vez primera los campamentos saharauis de Argelia para conocer de primera mano cómo viven los refugiados y contó con el apoyo de la Coordinadora Estatal de Amigos del Pueblo Saharaui de España y de la Asociación de Presos y Desaparecidos Saharauis.

El muro de arena, piedra y alambre de espino -el más largo del mundo con 2.720 kilómetros- fue construido por Marruecos entre 1980 y 1987.

Plagado de cientos de miles de minas antipersonas y antitanque, el muro atraviesa la antigua colonia española prácticamente de norte a sur, de tal forma que sus habitantes han quedado separados.

Los marroquíes controlan los dos tercios occidentales del territorio y la franja superior del norte, y el Polisario domina el lado oriental, fronterizo con Argelia y Mauritania.

En 1991 se acordó un alto el fuego después de 16 años de guerra supervisado por la ONU, que apoyó un referéndum de autodeterminación y envió una misión al Sahara para su celebración, pero Marruecos ha rechazado hasta el momento la realización de la consulta alegando desacuerdos con la composición del censo de votantes.