La ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, ha considerado que “no es incompatible mantener unas buenas relaciones de vecindad con la defensa de los Derechos Humanos”, pero advirtió de que “la contundencia y el tono altisonante” con Marruecos respecto al tema de Sáhara Occidental pondría fin “a la interlocución con Marruecos” y España dejaría de ser “útil” en la solución del conflicto.
“Además de las relaciones de vecindad, con Marruecos hay una colaboración que va encaminada a la defensa mutua de intereses”, afirmó la minista en declaraciones a la cadena SER recogidas por Europa Press. Esta colaboración, precisó, se desarrolla en materias como “la lucha contra el terrorismo internacional de origen islámico”, la cooperación “en la lucha contra el tráfico de drogas” y la cooperación “para el control de los grupos inmigratorios”.
A juicio de Jiménez, “no es incompatible mantener unas buenas relaciones de vecindad, mantener unas relaciones de respeto, con la defensa de los Derechos Humanos, con la defensa de la libertad de expresión y con la defensa de la libertad informativa”.
Por ello, España se ha mantenido “en contacto permanente con las autoridades marroquíes” desde que comenzaron los últimos incidentes en Sáhara Occidental, para pedirles “que permitieran el acceso a los medios de comunicación”.
“Expresamos nuestra preocupación por los hechos sin saber exactamente qué estaba pasando”, aseguró. “El Gobierno español ni ningún otro Gobierno del mundo ha hecho un balance de lo que ha ocurrido por la dificultad que tenemos en este momento por conocer exactamente lo que ha ocurrido”, añadió.
La interlocución
“El hecho de que se haga con una mayor contundencia, que se grite o que se haga de una manera altisonante no significa que vayamos a tener una mayor respuesta”, manifestó la ministra. El objetivo del Gobierno, aseguró, es “mantener esa interlocución” con Marruecos. “Si al final se corta la interlocución, ¿para qué somos útiles?, ¿y cómo seríamos útiles?”, se preguntó.
Al respecto, Jiménez recordó que, el mismo día en que comenzó el desmantelamiento del campamento de El Aaiún, el Frente Polisario estaba reunido con Marruecos en Nueva York y al día siguiente ambas partes decidieron seguir adelante con las negociaciones. “Lo que no se le exige al Frente Polisario, que es el representante del pueblo saharaui y que está haciendo un buen papel en mantener la interlocución, se pretende exigir al Gobierno de España”, lamentó.
“España siempre ha defendido la autodeterminación del pueblo saharaui, forma parte del Grupo de Amigos, de tal manera que junto con Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido estamos ayudando para que las partes encuenten una solución negociada al conflicto”, manifestó.
El conflicto saharaui, declaró, es “un asunto lo suficientemente complejo como para que el Gobierno de España muestre la suficiente prudencia a la hora de hacer pronunciamientos, y sin abdicar de una defensa de los derechos fundamentales, de las libertades, sin abdicar ni un ápice, mantener una interlocución con el Gobierno de Marruecos que nos permita saber con exactitud qué ha pasado y qué puede ocurrir en el futuro”, agregó.