La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

La crecida del río Tíber a su paso por Roma inunda las afueras de la capital

ROMA, 14 (Reuters/EP)

La crecida del río Tíber a su paso por Roma ha obligado al cierre de un puente histórico y ha inundado los barrios de las afueras de la capital italiana.

Las aguas del Tíber, llenas de lodo, han crecido hasta superar los arcos de apoyo del puente Milvio, amenazando con arrasar el paso peatonal y sumergir los árboles que hay en él.

El puente, cuya versión actual se remonta a 1850, se encuentra en el lugar de otro en el que en el 312 el emperador Constantino derrocó a su rival Majencio en una de las batallas clave de la historia romana.

Los altos muros que custodia la ribera del río en el centro de Roma han evitado que éste se desborde pero las aguas del Tíber y las del río Aniene se han salido de su cauce al norte de la ciudad, inundando algunos terrenos agrícolas y algunas zonas de pequeñas localidades.

En las afueras del norte de Roma, las tuberías de drenaje, los canales de regadío y las alcantarillas han inundado las calles que llevan a la principal autovía que une el norte y el sur del país, cortando el tráfico.

Las tormentas que afectaron el norte y el centro de Italia durante el fin de semana han provocado graves daños, inundando carreteras y aislando algunas localidades en el sur de la región de Toscana. Aquí, cuatro personas han muerto, entre ellas tres trabajadores de la eléctrica Enel cuyo coche cayó a un río al derrumbarse un puente.

Según el 'lobby' agrícola Coldiretti, las lluvias, las inundaciones y los corrimientos de tierra en el centro y el norte del país podrían haber provocado pérdidas de hasta 100 millones de euros en daños a la agricultura.

Las tormentas barrieron el Adriático el domingo, provocando algunas de las peores inundaciones en 150 años en la ciudad de Venecia. La plaza de San Marcos y otras zonas bajas se vieron tan anegadas que algunos turistas incluso pudieron nadar en ellas. Según las autoridades, la situación está volviendo a la normalidad en la ciudad.

La sección de la autovía A-1 que une el norte y el sur y que estaba cerrada entre la región de Lazio, donde está Roma, y Umbria, más al norte, ha sido reabierta al tráfico de pasajeros este miércoles pero los vehículos pesados aún no pueden circular.